Por: Redacción/
En el Estado de México se concentran 100 mil casas urbanas formales abandonadas o invadidas del medio millón de viviendas en estas condiciones que existen en todo el país.
Estas viviendas se concentran en los municipios conurbados de Huehuetoca, Tecámac y Zumpango en donde fenómenos como la falta de servicios, transporte público eficiente, crimen e inseguridad se anidan en condiciones urbanas y sociales adversas propias de decenas de fraccionamientos que fueron construidos aledaños a la Ciudad de México.
De acuerdo con José Antonio Díaz, director general de Comunidades Que Renacen (CQR), el índice de abandono o invasión que afecta al Estado de México representa 20% del total de la vivienda afectada por estos dos fenómenos.
“Se trata principalmente de vivienda de interés social abandonada por sus legítimos propietarios y que ahora son materia prima para un fenómeno complejo que en muchas ocasiones va asociado a la degradación social y la delincuencia: la invasión”, explicó Díaz.
El director de CQR agregó que el abandono e invasión de vivienda es un fenómeno también relacionado con personas que obtienen créditos para adquirir vivienda de tipo social, que ya no pueden pagarlos o que las casas que compraron con el paso de los años ya no resuelven sus necesidades habitacionales.
Díaz detalló que hay tres razones principales que llevan a los propietarios de este tipo de viviendas a abandonarlas y dejarlas vulnerables a la invasión.
1. Laborales: perder la fuente de ingresos y la capacidad de pago de las hipotecas adquiridas o cambiar de ciudad de trabajo, que es la más frecuente. En el Estado de México la tasa de desempleo es de 4.2% y se ubica por arriba de la media nacional de 3.3%, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
2. Social: cuando las necesidades de habitación de los compradores de créditos hipotecarios se modifican y sus viviendas dejan de ser funcionales, por lo que deciden abandonarlas.
3. Urbano: directamente asociado al proceso gradual de abandono de los fraccionamientos; cuando se habita en un conjunto habitacional en el que los vecinos se han ido y son reemplazados por invasores; el abandono es casi obligado.
Para Díaz y CQR, los fenómenos del abandono y la invasión son oportunidades para la recuperación de inmuebles y la regeneración de los espacios urbanos, el tejido social y las relaciones vecinales asociadas a estos.
En los últimos ocho años, CQR recuperó en ciudades del norte del país más de ocho mil viviendas abandonadas y en algunos casos invadidas, en algunos casos con la participación y regularización de los mismos invasores, y a partir de enero comenzará a trabajar en el Estado de México.
“Nos hemos dado cuenta de que el fenómeno de la invasión de la vivienda en municipios con altos índices de delincuencia, abandono y niveles precarios de servicios y de tejido social presenta un escenario ideal para la regeneración urbana con participación social”, aseguró el empresario.
“Es por ello que hemos visto una gran oportunidad para iniciar este proceso en los municipios conurbados a la Ciudad de México y en ciudades con regiones metropolitanas con características similares”, abundó.
Díaz aseguró que la plusvalía en los polígonos de regeneración urbana de Tijuana, Mexicali y Ciudad Juárez en los que ha trabajador es de 4 mil millones de pesos, cantidad repartida entre más de 40 mil familias.
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