Por. Redacción/
Sentir tristeza, enojo, alegría o miedo, y expresarlos, puede resultar normal para cualquier persona; sin embargo, alrededor del 10 por ciento de la población mundial tiene dificultades para identificar y manifestar sus emociones.
Este trastorno se conoce como alexitimia, y quien lo padece tiene problemas para describir sus sentimientos y distinguir las sensaciones corporales o estados físicos que conllevan, explicó Jazmín Ramírez, académica de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM.
Alexitimia significa ‘sin palabras para los sentimientos’; este término fue propuesto alrededor de 1970 para referir a pacientes con dificultades psicosomáticas.
Aunque no se sabe cuál es su origen, se considera que esta conducta se debe a un constructor psicológico de los estados de ánimo. Algunos especialistas piensan que es de tipo biológico, que las estructuras cerebrales relacionadas con el procesamiento emocional no se desarrollaron de manera adecuada, o bien, que es consecuencia de otro trastorno psicológico-psiquiátrico.
Puede ser adquirida, es decir, que si una persona sufre un daño cerebral en las áreas relacionadas con las emociones es susceptible de tener dificultades para reconocer sus propios sentimientos y, en algunos casos, los de los demás.
Se ha tratado de determinar si la alexitimia podría tener dos dimensiones: una cognitiva y otra afectiva. El primer caso se caracteriza porque los pacientes tienen problemas para identificar, verbalizar y analizar los sentimientos; mientras que en la segunda se les complica comprender la expresión e imaginación de las emociones, indicó.
“Se presenta en mayor medida en pacientes vulnerables a trastornos de la alimentación; de pánico; obsesivo compulsivo; de tipo psicosomático y psicológico como fibromialgia, y con abuso de sustancias y ansiedad”, refirió.
Esta afección también ocasiona procesos imaginativos restringidos y escasez de fantasía, así como un bajo nivel de empatía debido a que las personas no pueden identificar las emociones de los demás, reiteró.
En consecuencia, los pacientes tienen aplanamiento emocional: son impredecibles, desorganizados en cuanto a sus emociones e inadaptados; reaccionan de manera exagerada ante ciertas situaciones y no lo pueden controlar.
La aparición de la alexitimia se ha vinculado más a la adolescencia y la adultez joven. “En estas etapas se empieza a identificar que las personas no son capaces de procesar información de tipo emocional y no pueden reconocer los estados fisiológicos asociados a las emociones”, remarcó.
Es necesario que un profesional haga un diagnóstico diferencial y una evaluación psicológica y neuropsicológica, pues cuando los pacientes llegan a consulta es, principalmente, porque tienen dificultades de interacción social o presentan un aislamiento social que parece un estado depresivo.
Con un diagnóstico positivo, el afectado debe recibir un entrenamiento que le ayude a reconocer los estados físicos que se asocian a las emociones. “Con un tratamiento adecuado se aprende a regular las emociones, siempre y cuando este trastorno no sea de tipo adquirido”, concluyó.
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