Por: Redacción
Por segundo día consecutivo, las áreas verdes del Centro Nacional de las Artes fueron sede del Festival Eurojazz 2017. Tarde soleada con altas posibilidades de lluvia, era el pronóstico del tiempo para este sábado, detalle que no importó a las nueve mil 533 personas que se reunieron en el recinto de la Secretaría de Cultura federal.
El motivo lo ameritaba: el concierto de Erik Rothenstein Band, una de las agrupaciones más importantes de la República Eslovaca, que se presentaba por primera vez en el Eurojazz y “oficialmente” en México.
Niños, jóvenes y adultos, ocupaban el tiempo en picnics improvisados, charlas con café o refresco, guerras de palomitas y siestas en petates mientras esperaban, ansiosos, el inicio del concierto.
Cuando el reloj marcó las 17:00 horas, Erik Rothenstein (saxofón y clarinete), Pavol Bereza (guitarra), Peter Korman (contrabajo) y Marián Ševčík (batería) subieron al escenario para dar inició a un concierto variado, asombroso, atrevido e impredecible.
Juego de luces rojas, verdes, azules, amarillas y moradas crearon el ambiente visual idóneo para acompañar las nueve canciones que la agrupación interpretó, algunas de las cuales integran su disco Blázni Chelmu / The Fools of Chelm y otras con arreglos exclusivos para este concierto: Los granos de café, La chica loca y Zhayla.
Las piezas se oían como fusión de música regional de Europa (del centro, este y sur) con influencia del folklor de Eslovaquia, del judío y de los Balcanes, y Latin Jazz.
Durante los primeros 15 minutos -en los que se escucharon dos canciones- parecía que ya se había visto todo, pues la agrupación interpretó música rítmica que mostró al público la alta calidad técnica de cada uno de sus integrantes, lo que despertó en el público los fuertes aplausos y gritos.
¡Buenos días!, ¡Viva México!, ¡Viva Eslovaquia! dijo en español el compositor y músico Erik Rothenstein, director de la banda, segundos antes de interpretar tres canciones rítmicas, divertidas y sensuales que eran bailadas o grabadas con cámaras o celulares por los jóvenes.
Después se interpretaron dos canciones de carácter reflexivo y melancólico que despertaron en el público los abrazos y besos.
¡Wow!, ¡Extraordinarios! se escuchó entre el público mientras la agrupación interpretaba la que parecía era la última canción del concierto, la cual destacó por los potentes solos de cada instrumento que daban la sensación de que los asistentes se encontraban en medio de una batalla musical.
¡Otra, otra, otra! gritó el público a los integrantes de Erik Rothenstein Band quienes regresaron al escenario para interpretar una canción rítmica que despertó en el público una ovación de pie que duró varios segundos.
El concierto concluyó a las 18:00 horas, sin embargo la interacción de los asistentes con la banda se extendió hasta cerca de las 18:30 horas, ya que acudían con cada uno de los integrantes para tomarse una foto o a que le firmaran su disco.
En entrevista, Erik Rothenstein dijo sentirse muy emocionado y animado “por tener este chance de presentarnos en México” y destacó que le gustó la reacción de la gente hacia la banda, sobre todo cuando terminaban un solo, “ya que lo apreciaban y reaccionaban. También nos agradó que al final pidieran más canciones y se levantaran para acercarse a la banda”.
No Comment