Por: Risso Alberto
Cada vez que termina una década, pasan sucesos que marcan ese momento de la historia. En este sentido, a finales de los años 70’s, Joe Strummer en la Inglaterra se convirtió en el líder de la banda punk británica The Clash.
A comienzos de 1979, Sid Vicious estaba a punto de dejar esta tierra y el new wave asaltaba la cumbre de los charts. El panorama que se abría para el género del punk no podía ser más desalentador. Cuando el movimiento parecía encontrarse irremediablemente en su fase de disolución, Joe Strummer, Mick Jones, Paul Simonon y Topper Headon le dieron vida eterna.
Publicado oficialmente el 14 de diciembre de 1979, London Calling convirtió a The Clash en la única banda que importaba a principios de los 80’s.
Desde el título, el tercer disco de The Clash hizo alusión a la señal de identificación (This is London Calling) que usaba la BBC durante la Segunda Guerra Mundial, en las transmisiones radiales en los países ocupados.
No sólo reflejó el contexto histórico – el apogeo de Thatcher/Reagan–, sino que también, representó la caída del colonialismo británico y denunció el avance del ‘sueño americano’.
London Calling sumó elementos de reggae, ska, rockabilly y soul. Una mezcla que sirvió tanto para marcar los principios de este género y hacer las diferencia con otros.
Rolas como Revolution Rock y Spanish Bombs rescataron al punk de su nihilismo. Las canciones incorporan un nuevo marco referencial; su inclinación hacia el reggae, giros hacia el rockabilly (Brand New Cadillac), el soul y el R&B (The Right Profile), hizo que fuera el último gran disco de los setenta y el clásico de los ochenta para las revistas especializadas.
En su reedición por el 30 aniversario, se agregó un segundo CD, bajo el título de The Vanilla Tapes, el cual reúne las maquetas registradas por el grupo en sus ensayos; un DVD de cuarenta y cinco minutos de duración con un documental, The Last Testament, realizado para la ocasión por Don Letts; imágenes inéditas de la grabación; y clips promocionales de London Calling, Train In Vain y Clampdown.
London Calling es también una cierta despedida del punk en términos de purismo; evocando en algún sentido el fin del fulgor que tuvo el genero en 1977.
Cuando Joe Strummer escribió: Londres llama, y ahora ustedes no nos miran más, la beatlemanía mordió el polvo, ya todo estaba dicho.
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