Por: Redacción
Más que un grupo musical, Crass, fue un colectivo artístico de una decena de estudiantes de la escuela de Arte de Londres que, como buenos descendientes del movimiento hippie de los 60s y convencidos de que el punk comercial de los Sex Pistols era una pantomima “rockstarista”: optaron ellos por irse a vivir a una granja comunitaria ubicada a las afueras de la ciudad de Essex, al sur de Inglaterra, donde cultivaban sus insumos alimentarios e intentaban relaciones horizontales ajenas a cualquier lógica estatísta.
A decir de Penny Rimbaud, “Sacrificamos el placer personal por el bienestar común, de hecho no sabíamos cómo era la sensación individual. Éramos una máquina increíblemente bien eficiente y bien aceitada en donde adquiríamos la sensación de humanidad”.
Partidarios de la acción directa Rimbaud, Gee Vauche, Phil Free, Eve Libertine, Steve Ignorant y compañía concibieron que Crass seria su vehículo para expandir el anarquismo y, sobre todo, la consigna “Hazlo tu mismo” (Do it Your Self) como forma de promover la autogestión y la autonomía frente al capitalismo, por aquellas fechas representado “magistralmente” por Margaret Thatcher. “No éramos una banda por motivos artísticos, dijo Rimbaud, lo que queríamos era mostrar nuestra rabia e impotencia por un país y mundo que están funcionando mal”.
Crass logró relativo éxito en lo que a venta de discos se refiere. Grabados por ellos mismos y distribuidos sólo de manera independiente, digamos en sus tocadas y en algunas pequeñas tiendas de discos, sus álbumes “Penis Envy” de 1981 y “Yes Sir i will” del 83 lograron influir en algunos circuitos de la opinión pública, fundamentalmente a los asociados con la intelectualidad universitaria y, quizás gracias al morbo que caracteriza a los medios masivos de comunicación, fueron varias veces entrevistados en una decena de programas televisivos, de donde invariablemente fueron echados por blasfemar a la Reina Isabel y al resto de monarquía Británica. No en pocas ocasiones tuvieron que enfrentar procesos legales por violar los valores conservadores de buena parte de los ingleses.
La publicación de sus fanzines “National Anthem” y “The Eklektik” en los que daban rienda suelta a su creatividad gráfica y literaria contribuyó a la conceptualización del art punk, es decir a la categoría que unifica a la actitud rebelde del movimiento, con la música y la peculiar estética que lo caracteriza.
El logo de los Crass con el que grafiteáron todo Londres a principios de los 80s es hoy un símbolo indivisible de los ambientes anarko – punks. Como agrupación musical, Crass se disolvió en 1984 dejando un bagaje de 19 grabaciones, rústicas casi todas ellas. Sin embargo la mayoría de los miembros del colectivo siguieron activos en la escena alternativa.
Penny Rimbaud, además de mantener activa la comuna, ha publicado 17 libros, algunos de ellos sumamente trascendentes para los movimientos alternativos. Su libro “The last Hippie” de 1986 causó fuerte polémica pues en el Penny hace una fuerte crítica al sistema de salud mental como mecanismo de control y dominación social. También ha publicado.
“La firma del diamante” es considerado su mejor libro. Se trata de las bases de su concepción sociopolítica, fue inicialmente publicado en 1974 y se ha ido actualizando permanentemente. El éscríto californiano Lawrence Ferlingetti lo calificó como: “Un enorme, ambicioso y sonoro trabajo para la imaginación visual”. Ambas publicaciones, junto con su autobiografía “Shiboleth: Mi propia revolución” de 2006, más documentales y música de los Crass pueden hoy conseguirse en la distribuidora de materiales izquierdosos AK Press (www.akpress.org)
En varias de las charlas, Rimbaud estará acompañado de Patricia Pietrafesa, icónica punk argentina de la seminal banda She Devils y de Kumbia Queers. Pietrafesa ha dedicado buena parte de su trabajo a recopilar, editar y publicar la historia del punk por diversos medios.
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