Fotografía: Gabriela Espinoza
Las personas que viven en Mixquic desde que amanece, el primero de noviembre, asisten al panteón con escobas, botes y jabón para limpiar las tumbas de sus difuntos. Al medio día empiezan a adornar las tumbas con flores de Cempazúchil.
Cuando llega la noche, las personas sacan de sus bolsas de mandado sus alimentos y los ponen arriba de su tumba, como ofrenda a sus muertos. Toda la noche a la luz de las veladoras conviven con sus difuntos. Algunos ponen también incienso.
En la velada se observan que hay más mujeres de la tercera edad viudas, que hombres.
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