Por: César Cuervo

Un día como 6 de julio del año 2008, el tenis regaló uno de los partidos más emocionantes y mejor jugados de la historia entre dos grandes del deporte. Roger Federer y Rafael Nadal disputaron la final de Wimbledon por segundo año consecutivo, un año antes el suizo se llevó el título ante un todavía joven Rafa Nadal que buscaba destronar a la leyenda. Ambos jugadores dieron un espectáculo que bien podría ser catalogado como el mejor partido de todos los tiempos.

El encuentro desde el comienzo fue de un nivel superior a lo que vemos normalmente, hablar de Roger Federer y Rafael Nadal es hablar de dos extraterrestres que juegan al tenis de una manera soberbia. El español quebró el servicio de Roger cuando iban 1-1 en el primer set y eso le bastó para llevárselo por 6-4 después de un error no forzado del suizo que dejó su revés a una mano en la red. El inicio de un nuevo reinado empezó a tomar forma en ese lapso.

El segundo set fue el que tuvo los puntos más espectaculares de todo el partido, Federer quebró el saque cuando iba arriba 1-0 con una derecha cruzada que venció al español, quien se encontraba en la red. Con eso parecía que se encaminaba a emparejar el encuentro, sin embargo, el llamado “Rey de la arcilla” regresó para recuperar su servicio en el 2-4 abajo. Nadal terminó por quebrar el saque de Federer en el 4-4 y después se llevó el set 6-4 con su saque.

La cancha central de Wimbledon entró en júbilo cuando Nadal iba abajo 3-4 en el segundo set y Federer ganó un punto espectacular en donde “Rafa” subió a la red y sacó una izquierda cruzada que el suizo respondió como pudo, el ibérico llegó y sacó el remate de espaldas a la red pero le dejó la pelota fácil a Roger para que con una derecha finiquitara el punto. No obstante, el “Rey de Wimbledon” perdió el segundo set y parecía que el español se llevaría el encuentro fácilmente.

Rafael Nadal al momento de celebrar su primer título en Wimbledon

Rafael Nadal al momento de celebrar su primer título en Wimbledon

Con Rafael Nadal arriba dos sets a cero sobre Roger Federer, la tensión en la cancha creció al ver que su máximo ganador estaba tambaleándose. Pese a ello, el suizo apeló a su grandeza y su calidad para regresar y ganar los dos siguientes sets en “Tie Break”. En el cuarto set cuando inició el desempate, Federer se llevó un punto de gran calidad en el cual “Rafa” subió a la red y tuvo contras las cuerdas en dos ocasiones al suizo, pero Roger rescató la situación con una derecha profunda a la que “Rafalet” ya no pudo llegar.

El juego ya era épico, algo que recordaremos por mucho tiempo al ser uno de los mejores de la historia del tenis y el quinto set honró lo que habíamos visto en los cuatro primeros. Ninguno de los dos dio por perdido un solo punto y fue Rafael Nadal quien tuvo el coraje para quebrarle el servicio a Roger Federer cuando estaban empatados 7-7. El español terminó llevándose uno de los encuentros más gloriosos por parciales de 6-4, 6-4, 6-7, 6-7 y 9-7 y así fue como Rafael Nadal venció a Roger Federer en su catedral y se adjudicó su primer Wimbledon.

La celebración de Nadal también fue algo que pasó a la historia, el español rompió protocolos y subió a las gradas para celebrar el título con sus padres y su entrenador. Sea donde sea que uno haya visto este partido, siempre será recordado como una guerra entre dos genios del tenis.