Por: Rafael García
Es domingo. Es el segundo día del mes. El frío quema a las 8:00 de la mañana, pero eso no impide a cientos de mexicanos, y alguno que otro extranjero, congregarse en el Ángel de la Independencia, para participar en el Ciclotón que el gobierno de nuestro país realiza domingo a domingo.
Son 55 km los que abarca el recorrido, sin embargo, puede terminar en distintos puntos de la ciudad, como Bellas Artes, Julio Verne, Mazatlán, entre otros.
Las personas calientan en conjunto. La gente se saluda entre sí; sonrientes, siempre sonrientes, con unas inmensas ganas de pasar un rato agradable en compañía de sus familias -y por familia, también se incluye a los perros que no pierden el paso, con tal de acompañar a su dueño-.
Salen en grupos pero otros cuantos de uno en uno. La gente está dispuesta y entusiasmada. Niños, adultos, personas mayores y hasta perros recorren el circuito. Se calcula que en promedio, 66% son hombres y 24% son mujeres; de éstos, el 12% son personas de la tercera edad e infantes.
Amador Hernández, de 82 años, asiste cada semana al ciclotón a mantenerse en forma. El habitante de la ciudad, se desplaza todos los domingos desde Tultitlán hasta el Ángel para ser partícipe del evento.
“Me parece increíble que el gobierno promueva este tipo de actividades. Me gusta porque convivo con la gente. Me ayuda mantenerme con energía”, concluye Amador.
Este paseo da la oportunidad a todas las personas, de manera gratuita, tener un espacio de recreación y deporte. A causa del recorrido, se cierran distintas avenidas, por lo cual el gobierno se encarga de brindar más apoyo en las vialidades a los automovilistas que circulan en domingo.
“Éste es un paseo de convivencia, no una carrera”, mencionaban los asistentes sociales en cada parada.
Durante el trayecto, hay diversas carpas de apoyo, como servicio mecánico, estación de agua, asistencia médica; todos con la principal tarea de hacer el paseo de mejor calidad y evitar accidentes que puedan convertir un extraordinario día, en un pesadilla.
Durante el transcurso, se ven niños y niñas aprendiendo a patinar, a conducir una bicicleta o hasta un patín del diablo; personas con audífonos pero, otras tantas, con bocinas a todo volumen; algunos optan por correr con carriolas que llevan a sus bebés.
También, se organiza una mini-marcha de personas en apoyo a perros de la calle, y llevan con ellos a sus mascotas, sus más fieles acompañantes.
Tras un largo tramo, en el majestuoso Palacio de Bellas Artes, termina el paseo.
Las personas lucen cansadas, pero satisfechas de una jornada de recreación. Muchos se despiden contentos y dispuestos a seguir el próximo domingo en el Ciclotón de la Ciudad de México.
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