Por: Luis Fernando Meneses
Hace 32 años el mundo del deporte se encontraba conmocionado por la noticia del robo del Trofeo Jules Rimet en Río de Janeiro, el trofeo otorgado durante 1930 y 1970 al campeón de la Copa Mundial de la FIFA.
Todo comenzó en 1930. Uruguay, primera selección campeona del mundo, recibió este premio. Desde entonces, cada cuatro años, el trofeo era otorgado a los ganadores del torneo.
Sin embargo, en 1970, Brasil se convirtió en la primera escuadra en ganar el Mundial en tres ocasiones y le correspondía conservar el campeonato para siempre.
A partir de entonces, la pieza era exhibida al público en la sede de la Confederación Brasileña de Futbol (CBF), ubicada en Río de Janeiro. Estaba protegida por cristales blindados, pero había la parte de arriba de la vitrina estaba hecha con madera, sin duda, fácil de romper.
Sería hasta 1983, cuando un grupo delictivo en el Bar Santo Cristo en Río de Janeiro, decidió robar el Jules Rimet. Antonio Pereira, gerente de banco con acceso a la federación, notó que la parte posterior de la vidriera era fácil de romper y junto Anotonio Setta, un manipulador de cajas fuerte, planearon todo.
Aunados a ellos, José Luiz Viera ‘El Bigote’ y Ricardo Rocha ‘El Barba’, efectuaron el hurto el 19 de diciembre de aquel año. Sin embargo, pronto comenzaron las complicaciones, pues en unas horas todo Brasil estaba notificado de lo sucedido y no sabían dónde esconderlo.
Así que el grupo criminal decidió llevarlo con Carlos Hernández, un argentino que era el mayor comprador de oro ilegal en el país. Los dos actores intelectuales de dicha acción y los actores materiales así como el fundidor, fueron encarcelados declarados como culpables. La primera versión apunta a que fundieron el trofeo en lingotes que posteriormente vendieron.
Sin embargo, Hernández tiempo después cambió su declaración, y dijo que el robo era producto del encargo de un coleccionista italiano, que había pagado 100,000 dólares, esta teoría tuvo cierta credibilidad pues en el mundo del coleccionismo italiano el acto fue muy comentado.
Finalmente no está del todo claro el misterio. Hay personas que creen que la pieza no sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial y que sólo se especuló con réplicas todo este tiempo, sin embargo, sigue siendo todo un enigma.
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