Por: Redacción/
En los últimos meses, Esmeralda Falcón no se ha sentido a gusto con su desempeño. Al momento de subir al ring, la boxeadora se siente presionada y no consigue dar su cien por ciento.
“Creo que debo poner atención en la parte mental, espero tener más apoyo individual y le pediré al entrenador Bonilla (Francisco) el apoyo de un sicólogo. El objetivo es llegar en mi mejor forma al Preolímpico donde se buscarán plazas para Tokio”, comparte la medallista de bronce en el peso ligero de los Juegos Panamericanos Lima 2019.
La eliminatoria olímpica por América será en la ciudad de Buenos Aires, Argentina, del 23 de marzo al 3 de abril próximo.
Esmeralda no es de las que renuncia ante la primera contrariedad; la púgil se apoya en el consejo de una persona muy especial.
“Tengo una muñeca que abrazo siempre y que me recuerda que debo ser fuerte. Me la regaló la hermana de la madrina de mi mamá, ella me enseñó a intentarlo siempre y que nadie puede limitarme en mis sueños”, cuenta melancólica.
Falcón siempre ha remado a contracorriente, pero no está dispuesta a dejar ir el sueño olímpico.
“Tengo asma y mi enfermedad sólo me hizo hacerme más fuerte y rebelde. Irme al profesionalismo nunca me ha llamado la atención, así que buscaré un lugar para Tokio y de no lograrlo me quedaré otro ciclo”, asegura.
Esmeralda espera volver a ser una boxeadora ‘estilista’.
“Creo que es el estilo que domino desde antes de los Juegos Panamericanos, aunque ahora soy un poco más fajadora. Por mi condición ahogo un poco a mis contrincantes pero tengo fallas en la técnica que debo eliminar. La meta es ser una boxeadora completa”, concluyó.
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