Por: César Cuervo

Los Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro 2016 fueron inaugurados oficialmente en una ceremonia que duró casi cuatro horas en el Estadio Maracaná. Al igual que los Olímpicos, esta ocasión también representa la primera vez que se disputarán unos Paralímpicos en Sudamérica. La ceremonia de inauguración estuvo marcada por una fiesta tropical llena de colores y música tradicional que la hicieron auténtica e iluminaron el cielo de Río.

La inauguración dio inicio con el anuncio protagonizado por Philip Craven, deportista británico que compitió en los Juegos de 1972 a 1988 en silla de ruedas. Craven es ahora el presidente del Comité Paralímpico Internacional (CPI). Posteriormente, el estadounidense Aaron Wheelz impresionó a los asistentes al dar un salto espectacular con vuelta incluida en el aire en su silla de ruedas.

Desde ese instante, la música se hizo presente y tomó un papel protagónico. Una mezcla de ritmos como samba, tropicalismo y bossa nova rodearon una serie de espectáculos de luz y color que iluminaron la noche de Río de Janeiro.

Momentos después, los representantes de los 164 países participantes fueron desfilando uno a uno por el estadio. La historia a contar fue la inclusión de Ibrahim Al Hussein, quien es un refugiado sirio que será el único atleta del equipo de deportistas independientes.

El último equipo en desfilar fue el brasileño y llevó la fiesta a las gradas desde el escenario. La cancha del Maracaná se iluminó en forma de corazón para dejar como mensaje una metáfora sobre la vida. Dicho momento dio inicio a los discursos oficiales impartidos por Carlos Arthur Nuzman, presidente del Comité Paralímpico Brasileño y Philip Craven.

“Celebramos un gran desafío, el de construir un mundo nuevo, más accesible para todos, más justo, más fraternal y dónde todos podamos caminar sin obstáculos. Los atletas nos inspiran con su pasión. Sois súper humanos, no conocéis lo imposible. Vamos a construir juntos un mundo nuevo”, dijo Nuzman.

Como en todas las inauguraciones, el momento cumbre fue el encendido del pebetero Paralímpico. Después de un viaje a través de las cinco regiones de Brasil, siete días y 500 portadores, la llama de la antorcha llegó al estadio para el último relevo que encendió el pebetero de las manos de cuatro deportistas con discapacidad brasileños: Antonio Delfino, Marcia Malsar, Adria Rocha y Clodoaldo Silva.

El encargado de llevar la antorcha hasta el pebetero fue Clodoaldo Silva, quien superó tres cuestas bajo una lluvia incesante que lo dificultó.

Los Juegos Paralímpicos de Río 2016 contarán con 164 países y 4,432 deportistas.