Por: Redacción/
Considerados como los “Juegos de la Paz”, este domingo llegaron a su fin los Juegos Olímpicos de Invierno Pyeongchang 2018, los cuales marcaron el inicio de una nueva etapa en la tecnología y la construcción de una armonía entre las naciones, ya que las dos Coreas participaron unificadas.
Con la presencia del presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), el alemán Thomas Bach, el presidente del Comité Organizador de la justa invernal coreana, Hee Beom Lee, los Juegos Olímpicos de Pyeongchang marcaron su final. Desfile de las naciones participantes, ya no con la solemnidad de la apertura, pero si con la trascendencia de haber cumplido.
“Nos han compartido al mundo su fe pacífica. Nos han mostrado como el deporte reúne a la gente en este mundo frágil”, dijo Bach, quien en su discurso llamó a estos Juegos “los de nuevos horizontes “.
La ceremonia de clausura realizada en el Estadio Olímpico, marcó el destino de la próxima justa invernal en China, precisamente en la ciudad de Beijing, donde en el 2022 se volverán a reunir atletas de todo el mundo.
La justa de Corea también dejó un hecho histórico para el deporte invernal mexicano, ya que la delegación nacional trascendió con su asistencia de los cuatro competidores. Sarah Schleper, Germán Madrazo, Robert Franco y Rodolfo Dickson, quien portó el lábaro patrio en esta ceremonia.
Este domingo, Dickson, quien compitió en las pruebas de esquí slalom y slalom gigante, fue el encargado de portar la bandera de México de esta justa que tuvo el lema de la paz, las dos Coreas desfilaron de manera conjunta acompañadas por las mascotas Soohorang y Hodori.
Un evento donde las luces, música y tecnología, fue lo que despidió a los atletas. Algunas de las figuras que dieron espectáculo fueron el guitarrista Yang Tae-Hwan y la cantante CL.
El presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, fue testigo de la entrega de estafeta del alcalde de Pyoncgchang, Sim Jae-Guk, al de Beijing, Chen Jinnig. Un acto protocolario con el cual inicia la espera de cuatro años para volver a presenciar innumerables hechos deportivos en los escenarios nórdicos.
Así se dio el paso para ver como poco a poco se extinguió la flama olímpica y el pebetero quedó en completa obscuridad, hasta que los fuegos artificiales iluminaron el cielo de Pyeongchang a ritmo de la música del DJ holandés, Martin Garrix.
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