Por: Redacción
La Comisión Permanente exhortó al Ejecutivo federal que evalúe la pertinencia de establecer acciones que contribuyan a garantizar la seguridad e integridad física de la Delegación Mexicana –compuesta por 125 atletas– y de los turistas mexicanos que visiten Brasil, en el marco de los Juegos Olímpicos de Río 2016.
El dictamen, aprobado por senadores y diputados federales, advierte que “la participación de la delegación mexicana debe ser motivo de preocupación, pues la Agencia Brasileña de Inteligencia (ABIN por sus siglas en portugués), confirmó recientemente la autenticidad de una amenaza terrorista contra el país”.
Dicha amenaza, precisa, se realizó a través de Twitter por parte del francés Maxime Hauchard, integrante de ISIS. La situación es preocupante pues, de acuerdo con la ABIN, ha aumentado el número de brasileños que defienden la ideología del Estado Islámico, y frente a ello el Congreso de Brasil ha creado una ley que penaliza el terrorismo.
El documento refiere que, durante 30 días en Río de Janeiro se darán cita más de diez mil atletas –olímpicos y paralímpicos– de 206 naciones de todo el orbe, por lo que “sin lugar a dudas, los Juegos Olímpicos constituyen uno de los eventos más importantes a nivel mundial, congregan a millones de personas, y ese carácter masivo les confiere uno de los componentes fundamentales del modus operandi del terrorismo internacional”.
Los Juegos Olímpicos se realizarán del 5 al 21 de agosto; la seguridad estará a cargo de 85 mil efectivos: 47 mil policías y 38 mil militares; adicionalmente, participará el Comando Conjunto de Prevención y Lucha contra el Terrorismo (CCPCT) del Ministerio de Defensa, bajo la coordinación del Comando de Operaciones del Ejército.
En el dictamen se hace mención de que ya se han registrado atentados en Juegos Olímpicos anteriores, como los de Munich 1972, donde el grupo palestino “Septiembre Negro” tomó como rehén a la selección de Israel y acabó con la vida de once atletas, una entrenadora y un policía.
En Atlanta 1996, estalló una bomba en el Parque Olímpico Centennial, con saldo de dos personas muertas y más de cien heridas.
En otras actividades deportivas también se han registrado atentados, como el perpetrado en el marco de la Final de la Champions 2002: el 1 de mayo de 2002 estalló una bomba en el estadio Santiago Bernabéu, Madrid. En el maratón de Sri Lanka 2008, el seis de abril, un suicida detonó un dispositivo en el comienzo de la maratón y acabó con la vida de 15 personas. En el Maratón de Boston, en 2013, estallaron dos bombas cerca de la meta, con saldo de tres muertos y más de 200 heridos.
Por otra parte, durante la sesión de este miércoles, la Comisión Permanente aprobó 36 dictámenes en materia de educación, salud, deporte y seguridad, en el que destaca la petición a la Secretaría de Gobernación para que continúe el perfeccionamiento del Mecanismo de Seguimiento de Casos para Tortura Sexual cometida contra las Mujeres, coordinado por la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres.
Dicho dictamen subraya que Amnistía Internacional (AI) reporta en México “un cuadro escandaloso y una realidad alarmante que refleja claramente el nivel de tortura que viven las mujeres, al grado que la violencia sexual usada como tortura parece haberse convertido en una parte habitual en los interrogatorios”, realizados por autoridades de seguridad y del Ejército.
AI entrevistó a cien mujeres detenidas, de ellas 41 dijeron haber sido víctimas de prácticas como la semi-asfixia con una bolsa de plástico u otro objeto similar, pero además se registran torturas que no dejen huella corporal, como descargas eléctricas o golpes en ciertas partes del cuerpo.
“Las palizas también son un elemento habitual. Las zonas del cuerpo donde más habitualmente se les golpea eran la cabeza, estómago, tórax, piernas y oídos. La cara se excluye deliberadamente para evitar lesiones visibles”. Además están el acoso sexual y abusos psicológicos, que incluyen insultos, violación y amenazas de abuso sexual contra sus familiares, manoseo, golpes y descargas en la zona genital, entre otros.
De acuerdo con AI, “la violación ha sido utilizada por la policía de todos los niveles –municipal, estatal y federal– así como por el Ejército y la Marina. Las mujeres denunciaron los índices de violación más altos a manos de la Marina. Esta organización advierte: “resulta sumamente preocupante señalar que, de las diez detenciones practicadas por la Marina que constaban en los datos recopilados por Amnistía Internacional, ocho habrían incluido violación”.
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