Por: Luis Enrique Meza
Qué razón tienen las palabras de Eduardo Galeano, en su libro Fútbol a sol y sombra cuando nos menciona que: “El juego se ha convertido en espectáculo, con pocos protagonistas y muchos espectadores, fútbol para mirar, y el espectáculo se ha convertido en uno de los negocios más lucrativos del mundo, que no se organiza para jugar sino para impedir que se juegue”.
El texto pareciera que fue escrito viendo lo que sucede actualmente en la Copa América Centenario. El torneo más antiguo del mundo a nivel de selecciones ha tenido cambios en su estructura y hasta su esencia; las modificaciones en su estructura han incrementado el numero de equipos, se dividen en grupos como el mundial.
Mientras que en lo esencial, ahora se busca mas el desarrollo económico que el futbolístico de la zona, a grado tal que inclusive se ha señalado que esta edición del certamen se llevo a cabo en Estados Unidos para conveniencia de la Selección Mexicana
Según el Centro de Investigaciones Económicas Pew Research Center, la Copa América Centenario, generará 500 millones de dólares en Norteamérica. Simplemente en la ciudad de Pasadena la derrama económica ha sido de por lo menos 30 millones de dólares, entre las entradas, compra de comida, bebida y estacionamiento, dentro del inmueble.
“Aún no tenemos el recuento final”, escribió el vocero de la cuidad de Pasadena, William Boyer. Sin embargo, me parecen cifras exorbitantes y ridículas; pero para los organizadores, significa el mayor triunfo en este torneo. Vaya estrategia de organizar la Copa América, donde habitan miles de latinos.
Lugares como Chicago, Seattle, Phoenix, Orlando, San Francisco, Boston, Filadelfia, Nueva York, Nueva Jersey, residen colombianos, argentinos, chilenos, brasileños, panameños, ticos y por supuesto, mexicanos, que ocupan la mayor parte.
Simplemente en los juegos de la Selección Mexicana, los boletos a la venta oscilaban entre los 100 y 300 dólares, mientras que para otros juegos el valor de las entradas se cotizaban en 78. Claro que la Selección Mexicana es la que genera mas afición en los estadios norteamericanos.
Justamente en estas localidades, se han llevado a cabo algunos partidos de dicha competencia. ¿Coincidencia?… no lo creo.
No es posible que los cien años del certamen más longevo y tradicional en el mundo, no se haya celebrado en Uruguay o Argentina; ambas, cunas del balompié de este continente.
Cabe mencionar que la primera edición de la Copa América, se celebró en Argentina, para ser exactos, en 1916, Buenos Aires fue testigo de la primera Copa América conmemorando el centenario de su independencia, y participaban las cuatro selecciones fundadores de CONMEBOL, el anfitrión Argentina, Brasil, Chile y Uruguay. Este último, salió campeón de aquel torneo.
Por supuesto que en esos años, no existían intereses relacionados con derechos de transmisión, Internet ni patrocinadores. Lo que sí había en ese entonces y hoy ya no, era la práctica de ese deporte sin fines lucrativos, sin intereses comerciales y los jugadores junto con el esférico eran los instrumentos principales para crear arte.
La Copa América nunca ha tenido un gran auge televisivo. Sin embargo, en esta ocasión, la escala será como mínimo, dos veces el tamaño de la anterior edición celebrada en Chile. ¿Qué pasa con los aficionados? Ellos son la causa principal por la cual rueda la pelota. Son los que sufren al no presenciar un fútbol de esencia, tradición y alegría. La culpa no lo tienen los jugadores, la tienen los de pantalón largo que hacen hasta lo imposible por generar dinero y no deporte.
Esta situación hace que los aficionados vivan de manera tergiversada su pasión por el balompié. Es triste que el deporte que genera más alegría en todo el mundo, sucumba ante las impunidades de unos cuantos, que solo tienen a los jugadores como sus títeres y a los aficionados como fieles consumidores.
Pero a pesar de estas adversidades, por más que existan intereses, siempre habrá algo inesperado que sorprenda a propios y extraños.
Y eso, eso es lo lindo del fútbol.
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