Por Erik Pérez
Ni el hombre más bravo puede luchar más allá de lo que le permiten sus fuerzas. Homero
Precepto que contiene la esencia de una realidad en la lucha libre, cada vez que subes al ring no sabes si descenderás con vida de él.
En últimas fechas el Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL) realizó funciones especiales con motivo de la celebración mexicana de Día de Muertos. Por lo que Mugs Noticias recuerda a los luchadores que tuvieron el infortunio de dejar su alma en los encordados siendo héroes del deporte espectáculo más seguido en el país.
El caso más reciente de muertes de luchadores en activo fue el de Pedro Aguayo Ramírez ‘Hijo del Perro Aguayo’, quien dejó de existir a la edad de 35 años. Durante una lucha, en contra de Rey Mysterio Jr. desarrollada en Tijuana, el 21 de Marzo del 2015 Aguayo sufrió un traumatismo cervical causado por la sensibilidad de su zona dorsal y un golpe mal recibido por parte de su contrario. En esa ocasión la proximidad de servicios médicos fue considerada responsable del daño avanzado al momento de ser atendido.
Solo dos años antes su compadre Héctor Garza y colaborador en ‘Los Perros del Mal’, asociación luchística donde ambos participaban, falleció de manera sorprendente al ser detectado con cáncer pulmonar. ‘El Querubín’, como se le conocía en el mundo luchístico, dio su último suspiro el 26 de Mayo del 2013, quedando en su carrera como uno de las grandes promesas a formar época en el mundo de la lucha.
Uno de los eventos que conmocionó al mundo luchístico, a pesar de no haberse desarrollado en el ring, fue la muerte del primer LLL de la historia Abismo Negro. La revolución de la rudeza en la empresa AAA murió de manera sospechosa en un paraje del estado de Nayarit. Según indagaciones el luchador sufrió un ataque de ansiedad en su viaje a Mazatlán y bajó del autobús en el que viajaba. Horas después fue encontrado muerto en un paraje cercano a su descenso con solo 35 años de vida.
El año 2007 fue un duro golpe para la lucha libre mundial, pues acontecimientos simultáneos sacudieron el mundo de las llaves en Estados Unidos y México. En el país de las barras y las estrellas el suceso fue la muerte de Chris Benoit, luchador con licencia para arreglar asuntos familiares. El gladiador, sin embargo, no pudo contener su carácter y dio una sorpresa fue cuando la policía lo encontró en su casa después de cometer suicidio, anteriormente había estrangulado a su esposa e hijo.
En México la noticia fue una muerte sobre el cuadrilátero, el 19 de Marzo de ese año Ángel Azteca subió al cuadrilátero a enfrentar una lucha de tercias, acompañado de Demonio Rojo y Pinkusky Jr., pero la derrota ante Atlantis, Rebelde Punk e Imperio Dorado, fue la menor de las malas noticias, pues terminando la lucha el gladiador duranguense denotó signos de cansancio que posteriormente lo llevaron a su fatídico final, el cual llegó con un infarto al corazón.
En 2005 EEUU se conmocionó con la muerte de uno de los más grandes luchadores latinos de aquel momento. Eddie Guerrero fue encontrado muerto en el baño del Hotel Marriot en Minnesota consecuencia de problemas cardiacos mal tratados por el heredero de ‘Gory’ Guerrero. Su muerte fue un antes y un después en la forma de llevar los cuidados médicos de los luchadores en esa población.
Seis años antes el país ya había sufrido un a perdida inmensa en cuanto espectáculo se refiere. Pues en ese año se sufrió la muerte más inesperada sobre un ring, durante el evento estelar de Over the Edge, la estrella Owen Hart, decidió innovar en su entrada implementando una tirolesa desde lo más alto del domo hasta el cuadrilátero, sin embargo, un falla técnica en el arnés hizo que Hart cayera de una altura de 24 metros, causando su muerte.
En 1993 México sufrió la pérdida de su naciente ídolo Oro, quien en una lucha de tercias acompañado de Brazo de Plata y la Fiera perdió la última batalla en contra de Dr. Wagner Jr., Jaque Mate y Kahoz, este último propinó en la primera caída un ‘machetazo al pecho’ de su rival, lo causó una caída mal enfrentada. Esta caída conllevó al malestar del luchador tapatío y posteriormente su muerte en los pasillos de la arena.
En el siglo pasado era bien conocido que las condiciones en las que se practicaba lucha libre eran más austeras, Sangre India fue la víctima de esta austeridad en 1979, cuando un golpe en la tarima de la Arena Coliseo le quito la vida. César Curiel fue testigo de la suerte del luchador quien no llegó ni a los vestidores.
La muerte está presente en todos los momentos de la vida cotidiana, sin embargo, cuando eres luchador sabes que el momento de decir adiós está cercano a ti al momento de subir a un cuadrilátero, una mala caída, un intento de vuelo simplemente un ataque en el momento menos esperado. Descansen en paz, los ídolos que dijeron adiós en la lona sagrada de la lucha libre.
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