Por: Luis Fernando Meneses
Hoy es muy común ver a algunos futbolistas naturalizados jugando para selecciones que no represetan a su país de origen, pues le guardan tanto cariño al país del extranjero en el que radican que se nacionalizan de este esperando aportar grandes cosas al combinado.
Sin embargo, la FIFA tiene una regla que sostiene que un jugador no puede jugar para otra selección si ya jugó al menos un partido profesional representado a su país natal, aunque se haya naturalizado, mas con esta regla aún hay unos cuantos que la han burlado.
Antes del 2004, no había una regla que regulara de manera tan radical representar a más de una selección y en 1934 un jugador argentino pasó a la historia de los mundiales por ser el único en disputar dos finales de Copas del Mundo con selecciones diferentes, él es Luis Monti.
‘Doble Ancho’, como también solían llamar a Luis Felipe Monti, nació en Buenos Aires, Argentina el 15 de enero de 1901 y desde muy pequeño practicaba el fútbol y lo hacía bien.
Pronto se ganó un puesto en varios clubes: Huracán en 1921, equipo que lo debutó profesionalmente y consiguió su primer título de la liga; Boca Juniors, su segundo equipo, con el cual jugó solamente en 1922; San Lorenzo, de 1922 a 1930, obtuvo tres campeonatos de la Liga argentina y sus actuaciones lo llevaron al mundial en 1930 con Argentina, en el cual quedó subcampeón y Juventus FC, su único equipo en el extranjero en el cual jugó de 1931 a 1939, ganó cuatro veces consecutivas la Serie A y una Copa de Italia, en 1934, su gran nivel hizo que lo convocaran para el Mundial pero esta vez con Italia.
Fue el primer jugador en marcar gol para Argentina en un Mundial (1930) y llevó a su selección a la gran final, misma que perdieron frente a Uruguay. Cuatro años más tarde, representó a Italia en la Copa del Mundo y esta fue su revancha, pues logró coronarse, gracias a esto es el único jugador en la historia en jugar dos finales del Mundial para dos selecciones distintas.
Tiempo después, declaró sobre este suceso: “En 1930, en Uruguay, me querían matar si ganaba, y en Italia, cuatro años más tarde, si perdía”. Además de ser campeón del mundo, fue primer lugar en el Campeonato Sudamericano de Selecciones, ahora Copa América, en 1927 y subcampeón en los Juegos Olímpicos de Ámsterdam en 1928, ambos logros con Argentina.
Cuando se retiró dirigió durante 10 años a 5 equipos italianos y un argentino, entre ellos Juventus, esto de 1939 a 1950.
Finalmente falleció el 9 de septiembre de 1983 y aunque su carrera como técnico no brilló tanto como la de jugador, sin duda es una leyenda dentro del fútbol argentino e italiano.
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