Texto: Gustavo Ferreyra Fotografía: Karen Nathalie López
Antes Vaqueritos de Coapa, hoy Vaqueros de Xochimilco
“Vaqueros surge del interés que tenían algunos papás de seguir practicando fútbol americano, en la unidad de Villacoapa, donde estaba la Glorieta de Vaqueritos. En ese tiempo nos llamamos ‘Los Vaqueros de Coapa’ y fue cuando se comenzaron a convocar a los niños a que se unieran. Después de que quitaron la glorieta, nos venimos al Parque Ecológico de Xochimilco”, cuenta César Soto Mayor representante del Club Vaqueros de Xochimilco, ante la Federación Mexicana de Fútbol Americano (FADEMAC).
Dice que el Club Vaqueros pertenece a la FADEMAC desde hace 30 años, sin embargo, la asociación está por cumplir 40 años. César Soto llegó por su hijo, quien ahora tiene 32 años, cuando entró a jugar en la Glorieta de Vaqueros y el club pertenecía a Pop Warner, la primera liga infantil en México. Con orgullo expresa que su hijo llegó a la liga mayor del Tecnológico de Monterrey y que grandes jugadores han salido de Vaqueros como Mondragón, Daniel, Miguel y Rodrigo Rodríguez, quienes juegan en Burros Blancos.
Daniel Rocha le gusta vivir el fútbol americano desde la cancha, por lo que Mela y César lo motivaron a que diera su opinión acerca de cómo uno de los oficiales marca una jugada durante el partido, debido a que los papás no pueden estar en el campo, tienen que estar en las tribunas. Daniel confirma “se me abrieron las puertas para ver de cerca la participación de mi hijo. Aunque tuve que aprender las estadísticas y el reglamento del juego” .
Las familias de Vaqueros
“Vaqueros es una extensión de mi familia” menciona Daniel Rocha, porque ahí conoció y sigue conociendo a personas que se van anexando a su familia. “Es un lugar seguro para mis hijos, donde hacen deporte, conviven y hacer lazos fuertes entre los couches. Vaqueros representa parte de mi vida todos los fines de semana y para mis hijos es parte la actividad diaria”.
Su esposa Jessica Concha Escamilla, en el club ha en encontrado muchos amigos. Entre semana llega con sus hijos a comer, hacer tareas y luego a entrenar. Diario llegan entre las dos de la tarde y se van como a las ocho de la noche. Los sábados y domingos vienen al entrenamiento y al partido. Ella fue manager por seis temporadas, fue una experiencia muy padre, sin embargo “es una responsabilidad muy grande, ver a los niños que ya se cayeron o se pegaron con el balón” platica Jessica.
Escamilla fue elegida por la votación de todos los papás. “No sabía nada, pero con el tiempo fue aprendiendo con el apoyo de sus compañeros. Se aprendió el reglamento para evitar faltas, como por ejemplo, que los padres no pueden decir groserías obscenas en el campo. Supo como jugar con los niños, sin gritarles como a sus hijos. De los partidos que perdió, conocí mejor las actitudes de cada niño.
Daniel Rocha relata que cuando llegaron al club hace cinco años, había como cuatro niños que se llamaban Emiliano, entonces le dijo a la coaching que le llamara a su hijo “pelón” para que le hiciera caso, como él se le dirige desde que nació, porque tenía poco cabello. Entonces la coaching le empezó a decir “peloncito” y ahora cualquier persona en el campo le llama pelón. Su hija ha crecido en el campo y siempre que viene se siente muy a gusto,ya que todos la cuidan.
Rolando Calderón García opina que “Vaqueros es un estilo de vida”. Él sabe que sus hijos cada fin de semana tienen juego y entre semana entrenamientos. Su hija Montse es considerada una de las mejores jugadoras, tiene 13 años, comenzó a jugar desde los cuatro años, ahorita está en la categoría femenil. Sus horarios le permiten estudiar y entrenar al mismo tiempo. Toda la familia practica el deporte.
Su madre Julieta Cota Zarzona asegura que Montse tiene buen desempeño tanto en la escuela como en el americano. Siente mucha satisfacción saber que su hija es considerada como una de las mejores jugadoras, ha logrado crecer y por su perseverancia se desempeña bien dentro del juego. “Ella está todo el año haciendo ejercicio, cuando termina la temporada aquí, la llevamos a jugar tocho 5 y así estamos todo el año” afirma.
Montse revela que al terminar un partido siempre se siente mejor, por saber que dio todo lo que pudo dar. Ser considerada como la mejor jugadora “es algo bueno ya que antes jugaba muy poco, me quedaba en la banca y ahora soy de las mejores. Tuve un coach que siempre me ayudó: Balú, quien me enseñó y me hizo crecer dentro del deporte”, declara.
Cuando Montse pierde un partido se siente un poco mal, pero después reflexiona y sabe cuáles fueron sus errores y los corrige. “Ganar no es una obligación, los juegos se disfrutan”, manifiesta.
Nancy García dice que a Vaqueros la trajeron sus hijas y su esposo, quien ha jugado toda su vida. Revela que al ser entrenadora tiene una gran responsabilidad de unir al equipo, “aquí hay mucha disciplina, compañerismo y unión que no encuentras en otro deporte”.
Ratifica que el americano los ha unido como familia. “Se juega por un equipo, todos se ayudan para alcanzar los objetivos, y eso es lo que mis hijas practican en casa, como equipo trabajamos para terminar nuestros deberes y poder venir al club”.
Leslie Padilla Iturriaga es una veterana en el club . Ha jugado tocho 5 y tocho 7 con las madres de los Vaqueros. Sus hijas son jugadoras del equipo.
Aprecia el ambiente familiar que existe en Vaqueros, invita a los padres a “inculcarles el deporte o alguna actividad a sus hijos y los vean jugando en un ambiente muy sano”.
Vaqueritos Baby
Ardillas de 5 a 6 años
En Vaqueros “tengo que correr, hacer las cosas bien e intentarlo” expresa Iker, quien es Cornerback y disfruta de jugar en equipo. Apoya a los Vaqueros de Dallas.
Angel Elian Cruz Méndez
Además de que le gusta el deporte, le gustaría ser chef. Desde pequeño le prepara quesadillas y salchichas a su mamá. Tiene muchos amigos, “once, no me alcanzan los dedos” cuenta Elian que le va al equipo de Gamus.
Matias lleva un año jugando fútbol americano, lo que más le gusta de un partido es anotar un touchdown y quitar cintas. Su equipo favorito es Pittsburgh. “Me gustaría estar equipado cuando este grande” sueña el pequeño Safety.
A Santigo Rafael le gusta jugar fútbol americano. Disfruta ir al club y tener amigos. De adulto quiere llegar a las grandes ligas.
Joshua es Cornerback, le gusta que sus amigos le ayuden en el juego. Sus colores favoritos son los que representan a Vaqueros.
Castores
Maximiliano es cornerback y safetie. Le gusta compartir el juego con sus compañeros y correr. De grande sueña con ser jugador profesional de americano en Vaqueros de Dallas. Él haría un póster para invitar a más niños a unirse al equipo.
Luis Mateo Nieto Flores
Mateo es un niño que le gusta mucho correr, cachar y hacer tochdowns. Es corredor y cornerback.
Zorros
Daniel de la escuela va a su casa a comer y a hacer la tarea, después asiste a Vaqueros. Afirma que le gusta el fútbol americano, un deporte que practica desde los seis años en la categoría de zorros como Stilers.
Diego es muy travieso, pero penoso. Estar en Vaqueros es muy divertido para él.
A Yoamitl le gusta ir al club, porque disfruta jugar con el balón.
“Me gustó el club, me gustó como corrían y hacían puntos los niños. Le dije a mi mamá que me trajera aquí, aunque a veces se me hace un poquito difícil venir por la tarea que me dejan en la escuela” platica Julio César, quien le va a los Vaqueros de Dallas, donde le gustaría jugar.
Esas son nuestras Vaqueras, esas son…
El fútbol americano no solamente es un deporte para hombres, un ejemplo, son las Vaqueras de Xochimilco, que de lunes a viernes entrenan arduamente, para enfrentarse los fines de semana con otros equipos. El sábado pasado se enfrentaron y les ganaron a las chicas de Cherokees.
“El éxito es sacrificio, valor y constancia”: coaches Vaqueros
La coach Samia Guerrero Pineda comenzó asistir al club con toda su familia desde que su hermano tenía seis años. Ella les trasmite a los niños principios, valores y educación. Cada año vive una experiencia diferente; “es una gran satisfacción ver el crecimiento de los niños y la forma en que aprenden y se desarrollan con sus compañeros” expresa.
Le recomienda a los padres de familia que “vengan, prueben y conozcan, estar en un club de fútbol americano es padrísimo, hay convivencia familiar con los compañeros, harán muy buenos amigos, hermanos y familia”.
Ninel Méndez León es manager de ardillas. Es la segunda temporada que entrena niños, se ha dado cuenta de que estar al frente de un grupo es una responsabilidad muy grande, porque es un deporte con disciplina.
Viene con su familia al club desde Taxqueña y Avenida Tláhuac. Conocieron el Club Vaqueros un día que visitaron el mercado de las plantas de Cuemanco y a su hijo le llamaron la atención los colores; su padre le explicó que era un lugar donde se jugaba fútbol americano. “Todos los del club representan una gran familia con apellido Vaquero” piensa Ninel Méndez.
La entrenadora Mónica Etziel Zarza estuvo tres temporadas en ardillas, dos temporadas en castores y ahorita lleva tres en zorros. Es microempresaria. Su satisfacción como mamá es ver que a sus hijos les gusta el juego. “Tenemos dos temporadas al año. La primera es la de primavera que empieza en enero y termina en mayo. La segunda empieza en septiembre y la termina en diciembre” informa.
Alejandra Meras es esposa del coach Joseph Meras Blanco, es maestra de inglés. Afirma que llevan los colores de Vaqueros en el corazón: “el verde significa la esperanza, el anaranjado la animación y el blanco la competencia; a los niños les enseñamos valores y hábitos como la puntualidad, el trabajo en equipo y el valor de la unidad familiar, aquí vienen muchas familias que son recibidas con los brazos abiertos” explica.
Joseph Meras Blanco tenía menos de cuatro años cuando se puso por primera vez el casco. Sus padres son fundadores, fueron directivos y entrenadores de las categorías a las que él perteneció. Actualmente Meras es entrenador de la categoría de sus hijos.
Él convive más con la familia de Vaqueros que con su familia de sangre, por lo que quiere devolver mucho de lo que ha recibido del club y del deporte. Con 30 años de experiencia conoce las reglas del campo, sabe cómo motivar a un jugador y cómo se le debe hablar a cada uno de ellos, tiene la certeza de que puede apoyar mucho más a los niños, coaches y directivos.
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