Por: Redacción/

Farhan Haq, número dos de la Oficina del Portavoz de la ONU, ha señalado que el Secretario General condena el ataque y ha recordado que “los atentados dirigidos contra civiles son una grave violación de los derechos humanos y las leyes humanitarias internacionales, que nunca puede justificarse”.

“Las Naciones Unidas consideran que todas las partes en conflicto deben mantener, en todo momento, su obligación de proteger a los civiles de todo daño”, añadió Haq.

La Misión de Asistencia en Afganistán indicó que en el ataque se usaron cuatro explosivos, dos en el interior del estadio de cricket y otros dos en el exterior. El objetivo de los dos primeros artefactos eran las personas que se habían reunido a ver el partido después de las oraciones de la tarde. El de las otras dos bombas, aquellos que huían del estadio tras los primeros estallidos.

“Estoy indignado por este ataque cuidadosamente premeditado”, dijo Tadamichi Yamamoto, enviado especial para Afganistán, que añadió que este frío y brutal acto no tiene justificación.

Yamamoto pidió que los autores del atentado sean llevados ante la justicia.

El atentado dejó ocho muertos y más de medio centenar de heridos.

Según noticias de prensa procedentes de la región, nadie ha reclamado responsabilidad por los ataques y el Talibán ha negado su implicación.

El conflicto de Afganistán lleva abierto casi cuatro décadas. En los primeros tres meses de este año, se registraron 763 víctimas mortales y 1495 heridos, todos ellos civiles, objetivo de los grupos antigubernamentales, entre ellos el Talibán, el Estado Islámico y Da’esh.

“En un momento en el que los Afganos están mirando hacia una ansiada paz, estos ataques no van impedir nuestra resolución colectiva de avanzar en la finalización del conflicto”, añadió Yamamoto.

Tanto Guterres como Yamamoto expresaron sus condolencias a las familias de los fallecidos en el ataque y desearon la pronta recuperación de los heridos.