Por: José Manuel Mota Fernández/
La crisis que atraviesa Pumas es evidente y preocupante, marcha penúltimo de la clasificación y hasta este momento no se ve cómo se pueda solucionar el problema. Con lo sucedido en los últimos torneos, se deja a un lado a los jugadores y entrenadores, ahora, todo apunta a los altos mandos del equipo.
Cantera
Iniciemos con la cantera, proyecto principal en la era de Parga y Sergio Egea, hoy entrenador, que no ha rendido frutos desde que llegaron ambos personajes a la institución auriazul, pero no se puede negar que se han brindado muchas más oportunidades con relación a periodos anteriores.
Para el presente torneo fueron registrados 18 jugadores que no habían debutado en primera división, solamente cinco de ellos son recurrentes en el primer equipo, otro debutó semanas atrás y los 12 restantes no han tenido la oportunidad de jugar en el máximo circuito de nuestro futbol.
Se podría decir que Jesús Gallardo, que debutó en el tiempo de Guillermo Vázquez, es el más exitoso, ya que se ha vuelto un jugador de Selección Mexicana con Juan Carlos Osorio, pero sus apariciones no han destacado, incluso en Pumas su nivel ha venido a menos.
Comparemos ahora con el bicampeonato del 2004, en esa ocasión ocho de los 17 jugadores ocupados eran de la cantera y seis titulares, mientras que en el 2007, cuando perdieron la final en contra de Atlante, seis del cuadro principal eran surgidos de las fuerzas básicas, al igual que en el 2011 que eran nueve de “Pumitas” y seis titulares.
Posteriormente, entre el Apertura 2011 y el Apertura 2013, hubo un promedio de un debut por torneo, hasta que llegó el 18 de octubre del 2015, fecha en la cual inició un espacio “negro” para los Pumas, ya que hasta el 21 de octubre de 2016 no hubo nuevas oportunidades hasta Santiago Palacios que lo hizo el 28 de octubre de 2016.
Posteriormente, tras la llegada de Rodrigo Ares de Parga al Patronato del Club Universidad Nacional, se elevó el promedio a 2.5, tomando en cuenta el pasado Clausura 2017 y el presente Apertura 2017, donde se suman seis debuts, tres en el antes conocido como verano y mismo númerp en este de invierno.
Era Ares de Parga
Rodrigo Ares de Parga es, hasta el día de hoy, el presidente del Patronato que menos empatía ha tenido con la afición universitaria que tras perder en contra de Tijuana pidió la cabeza del líder, además de abuchear a todos los jugadores del cuadro auriazul.
Comencemos con definir quién es Ares de Parga, es economista egresado del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), que fungió como consultor externo de la Universidad Nacional Autónoma de México por 15 años y tras cumplir con esa parte, fue electo con 161 votos a favor, 18 en contra y cinco abstenciones.
Desde su llegada al cargo, el cuadro representante de la máxima casa de estudios de nuestro país ha sufrido un decremento en sus resultados que es muy difícil que no se vean a simple vista, además de que fue uno de los responsables en la salida de las estrellas de este equipo.
Su etapa con Pumas empezó así: Llegó el 20 de mayo del 2016 y siete días después tomó la decisión de cesar a Guillermo Vázquez de la dirección técnica del equipo por dos razones, la primera, quedar eliminado del Clausura 2016 y, posteriormente, ser descalificado de la Copa Libertadores el 24 de mayo.
A simple vista, parece un despido justificado si no se toma en cuenta que los llevó a la última final en el 2015 frente a Tigres y mantuvo su promedio de puntos, es decir, en el Apertura 2015 se metió primero con 35 puntos y uno más adelante terminó décimo con 22, además de que el Apertura 2014 terminó octavo con 24.
Luego de terminar su relación apostó con una joven promesa en el banquillo para el Apertura 2016, es decir, Juan Francisco Palencia, que de ser ídolo en el equipo pasó al desagrado de la mayor parte de la afición universitaria por los resultados que consiguió: una liguilla donde fueron eliminados, quedaron fuera de la Concachampions, penúltimos del Clausura 2017 y penúltimos en el actual torneo.
Pero el enojo no solo radica en él. Antes de que iniciara el presente Apertura 201, ‘Paco’, junto con la directiva dejaron ir a Darío Verón y Alejandro Palacios, referentes del equipo. El caso del paraguayo es aún más sonado, porque al inicio de la temporada pasada dijeron que su carrera futbolística terminaría con Pumas; hoy es parte del Olympia en su país.
Posteriormente, con los auriazules en evidente crisis dejó al mando a Sergio Egea, ex vicepresidente deportivo que se encargó de armar un equipo que hasta hoy parece incompetente, con jugadores de calidad que no tienen apoyo por los canteranos sin experiencia que tienen a los aureos casi en el fondo de la general.
Hasta este momento, parece que no hay mayor complicaciones, será un torneo malo más y ya, pero tomemos en cuenta el cociente de descenso, ese en el que estuvieron involucrados entre el 2005 y 2007. Parece lejano todavía pero son 14 puntos arriba de Cruz Azul, que se mantiene con problemas y que marcha invicto.
A eso se le tiene que sumar los volátil que es el de Lobos BUAP que con dos o tres partidos buenos se pueden librar de esta situación y dejar a Pumas muy mal plantado para el inicio del Clausura 2018 y, en caso de que suceda y se mantenga el paso del equipo, serán uno de los máximos contendientes para perder la categoría.
Para convertirse así en el primer equipo de los llamados cuatro grandes del futbol mexicano que se vaya a la Liga de Plata y seguir siendo la burla nacional.
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