Por: José Manuel Mota Fernández/
El Telstar 18 será el balón oficial para la Copa del Mundo Rusia 2018, el cual le rinde homenaje al primer satélite artificial de telecomunicaciones comercial que fue lanzado en 1962 y que dio pie a la primera transmisión total y global del Mundial México 1970, además de ser el primer evento que se pudo ver a color.
El esférico que se utilizó en la primer Mundial que se organizó en Norteamérica, tuvo también un cambio en su composición, pues en lugar de tener rectángulos, se utilizaron pentágonos a blanco y negro, que permitían que fuera más fácil de seguir por las cámaras de televisión, además de hacerlo más ligero.
Alemania 1974 también utilizó el Telstar Durlast que no presentó muchos cambios con relación al de la edición anterior, para posteriormente dar paso al Tango, Tricolore, Fevernova, Teamgesit, Jabulani y Brazuca, para regresar 48 años después al Telstar 18, que se presentó como el balón más avanzado tecnológicamente.
Previo a que se presentara y de cara al partido inaugural de Rusia 2018, el balón oficial tuvo que pasar por siete rigurosas pruebas para que se aprobara y no afecte el desarrollo de juego, como argumentaron varios porteros que sucedía con el Jabulani por la inestabilidad que tenía en el aire.
La primera de estas pruebas es la circunferencia, la cual es fundamental para que la bola no haga ningún extraño en el aire, ni al momento de rebotar, factores que van de la mano con la segunda prueba que se asegura que la bola se completamente esférica.
Después se mide el nivel de deformidad que pueda tener y para ello, se le aplica presión en diferentes zonas y, en caso de que se llegara a deformar, se descarta. Un mecanismo similar es utilizado para comprobar que no absorba agua, en caso de que se utilice sobre una superficie mojada.
Casi para terminar, se aseguran que el balón no pierda presión, es decir, que no tenga fugas que lo hagan perder aire durante el transcurso del partido. A su vez, se pesa en tres ocasiones y se saca una media para verificar que cumple con las especificaciones de la Federación Internacional Asociación.
Por último, se realiza la prueba del rebote, el cual comprueba que no sobrepase los límites. Para ello se utiliza una máquina que deja caer el esférico de una misma altura y, en todas las pruebas, el balón tiene que llegar a la misma altura después de hacer contacto con el suelo.
El Telstar 2018 es el primer balón que cuenta con un chip que registra la actividad del mismo durante los 90 minutos de juego.
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