Por: José Manuel Mota Fernández/
Este viernes se estrenó la tercera temporada de Club de Cuervos, una comedia inspirada en el futbol mexicano que más allá de la comedia, género en el que se encuentra esta serie, tiene muchos aspectos que están ligados a la realidad del balompié de la primera división de nuestro país.
ADVERTENCIA: Si no has visto Club de Cuervos, te recomiendo que NO continúes leyendo, porque el texto contiene una alta dosis de “spoileo”.
Las referencias van desde la primera temporada, el dueño de un equipo se muere y con el cambio los resultados se vienen para abajo, por todos los problemas que se presentan dentro de la institución. Antes de eso, se ve uno de los principales problemas en el futbol mexicano que todavía no ha podido ser descubierto: las primas para debutar.
En este caso, Tony, canterano de los Cuervos de Nuevo Toledo, habla con Goyo, entrenador, para tener la oportunidad de dar el salto a la primera, ante esto, el entrenador le pide dinero para que el juvenil pueda tener minutos en la primera división y, como no juntó todo el dinero, contrató a una sexo servidora que se hizo pasar por su mamá, para que se metiera con el director técnico, después de eso, tuvo su primer partido con los nuevotoledanos.
Con pésimos resultados, se asoma el descenso, equipo que aqueja a más de seis equipos por temporada y con eso, los problemas internos, tanto en equipo, como en directiva. Isabel quiere ganarse la presidencia y los jugadores están en conflicto por ver quién va a ser el líder del club y el vestidor se rompe.
Posteriormente aparecen los representantes, donde Carlos Bardem, caracterizado como Eliseo Canales, representa a Greg Taylor, agente mayoritario de la Liga MX. El asunto con Canales, es que condiciona a los equipos para que pongan a jugar a sus representados, de lo contrario, les sugiere atenerse a las consecuencias.
Como los hermanos Iglesias se negaron ante la petición, Eliseo soborna a los jugadores para que se deslinden de su equipo, a través del dinero. Gracias a eso, gran parte del plantel se desentiende de la institución y lo inevitable sucede, el descenso llegó para los Cuervos de Negro Toledo.
Antes de eso, comienza el golpeteo mediático en contra del equipo blanquinegro, campaña que comienza la televisora local para intentar desprestigiar al presidente y, como se ve cada que un equipo mexicano va mal, se ataca directamente a los jugadores del equipo. Este tipo de cosas se ve cada vez que un proceso de seleccionador nacional comienza a fallar.
Luego, viene el draft del futbol mexicano, escenario que se retrata mejor en la tercera temporada donde hay futbolistas mendigando un equipo de futbol, así como lo hizo Darvin Chávez, ‘More’ Mosqueda y el ‘Pikolín’ Palacios en la pasada edición del mercado de piernas. A esos futbolistas, no los conocen con otro nombre mas que “retazos”, es decir, lo que sobra de las sobras.
Ahora, vamos al final de la temporada dos, los Cuervos pierden la final de ascenso y tras no poder subir a primera división con méritos propios, compran la plaza del equipo que consiguió el pase y así, al más puro estilo de Veracruz, llega a la máxima categoría del futbol mexicano, evidentemente, el nombre tiene que cambiar.
Es por esto, que se convierten en los Cuervos Negros Salvajes de Nuevo Toledo (F.C.) y ya de regreso a la élite futbolística, aparece otro problema y que es un reflejo enorme de lo que se vive hoy en día, es decir, la exagerada llegada de futbolistas extranjeros.
De esta manera, Rafael Márquez hace su aparición en la serie con su proyecto de la Comisión del Jugador y el famoso Pacto de Caballeros. El ‘Cuauh’, defensa de los Cuervos, al meter gol levanta su playera para mostrar el hashtag #8/10, en protesta de la regla 10/8 que permitía la llegada de 10 jugadores extranjeros por equipo.
Luego de la protesta, la junta de presidentes decide que el capitán tiene que ser despedido y bloqueado (pacto de caballeros) del futbol mexicano y, como resultado, termina manejando un Uber porque las puertas de los equipos en el balompié ‘Azteca’ se le cerraron.
Además, al final de la tercera temporada, Cuauhtémoc Cruz, que se lanza a la gobernatura de Nuevo Toledo con PCI, resulta ganador de las elecciones, así como Cuauhtémoc Blanco lo hizo con la alcaldía de Cuernavaca en el Estado de Morelos.
Con esto podemos entrar al tema político que se refleja en la serie. Salvador Iglesias, presidente de los Cuervos, retratado como un “junior”, también está en la contienda electoral y en su campaña, cita a nuestro presidente Enrique Peña Nieto y sus problemas con el inglés al no poder decir “infrastructure”.
De igual manera, se hace referencia a todos los movimientos que se ven en estos escenarios para intentar desprestigiar a los contendientes, por ejemplo, el lavado de dinero de Beatriz, esposa del gobernador en turno de Nuevo Toledo y el asesinato de un ejidatario a manos de Salvado Iglesias padre.
Es así como la familia Alazraki, productores de la serie, deshacen la integridad y credibilidad del futbol mexicano de una manera divertida, al reflejar que en el mundo del futbol, a nivel nacional e internacional, no es nada más que un negocio y que a final de cuentas, el deporte queda en segundo plano.
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