Por: Melisa Carrillo/
Minutos antes de que dieran las siete de la mañana, un grupo numeroso de personas comenzó a ingresar al Campo Militar 1-A, una de las instalaciones de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena); en la que alrededor de las 7:30 am se llevó a cabo la quinta edición del medio maratón “Centenario de la Constitución”.
El ambiente era festivo. A pesar de que el sol aún no se vislumbraba en la bóveda celeste, los corredores realizaron sus ejercicios de calentamiento y comenzaron a agruparse detrás de las mallas de metal. Mientras tanto, en pantallas colocadas a los extremos de la calle, se proyectaron imágenes de las fuerzas armadas mexicanas y una serie de vídeos en las que familiares de estos elementos reconocían su entrega y esfuerzo cotidianos.
Unos 50 metros más adelante, familiares de los corredores y asistentes, tomaron sus lugares frente al escenario, en donde pudieron escuchar tocar a la banda de guerra minutos antes de que sonara cañonazo de salida.
La ceremonia de arranque fue breve. Se reconoció el trabajo del cuerpo militar y la solidaridad que cientos de mexicanos mostraron durante los sismos del 7 y el 19 de septiembre. Posteriormente se guardó un minuto de silencio por las víctimas del siniestro, y se entonó el Himno nacional.
Poco después comenzó la cuenta regresiva. ¡Diez!, ¡nueve!, ocho!… ¡Tres!, ¡dos!, ¡uno!… Un cañonazo marcó la salida de las 27 mil personas inscritas en la carrera, las cuales arrancaron con entusiasmo, gritando de emoción al tiempo que dejaban atrás las gradas, desde las cuales familiares y amigos les apoyaban con gritos y aplausos.
Al integrarse al camino, los corredores dejaron la ciudad atrás para internarse en un clima frío y boscoso. Las amplias zonas verdes del campo militar, combinadas con un grupo numeroso de árboles, ofrecían a los deportistas un ambiente idóneo para correr, en el que se podía disfrutar del aroma de la vegetación que abundaba en los alrededores.
Durante los primeros kilómetros los participantes se mantuvieron juntos, tanteando el terreno y buscando el ritmo que mantendrían durante toda la jornada. Los más experimentados se preparaban mental y físicamente para distribuir de la forma más efectiva sus energías entre los 21 kilómetros del medio maratón. Por otra parte, los competidores que tenían una frente a ellos una prueba menos exigente, se animaban gritando y saludando, felices de participar en el evento.
Entre el grupo que realizaba la caminata de tres kilómetros se encontraban personas de diferentes edades, familias y parejas, avanzaban animados, cuidando no perder de vista a sus acompañantes, entre los que se encontraban niños de entre ocho y once años, y adultos mayores.
Hasta ese momento ninguna figura había sobresalido. Se escuchaban con fuerza los nombres del deportista Juan Luis Barrios, el competidor que vestía el número 5880, y Eloy Sánchez Vidal, pero aún era muy pronto para afirmar algo.
Al atravesar el kilómetro siete, el deportista Juan Luis Barrios, campeón recurrente en las competencias nacionales e internacionales, considerado uno de los mejores corredores de Latinoamérica, empezó a despegarse del grupo. La distancia fue escasa durante los primeros minutos, pero paulatinamente fue alejándose cada vez más.
Al llegar al minuto 46 de la carrera, Juan Luis Barrios Nieves llevaba una ventaja de aproximadamente mil metros sobre el resto. Desde ese momento, el camino hacia el primer lugar fue sólo suyo. Mientras dejaba atrás edificios del campo militar en una espléndida condición, otros competidores pasaban a su lado, pero en la dirección contraria. No había forma de que pudieran alcanzarlo.
Más atrás el número 2880 y Eloy Sánchez se disputaban el segundo lugar masculino, mientras que la campeona mexiquense Mayra Sánchez Vidal, y las militares Karla Díaz Muñoz y Gabriela Elono Hernández, se reñían el primer lugar femenino.
Cuando Juan Luis cruzaba los últimos metros, la gente que se había instalado en las orillas lo miraba incrédula, el hecho de que corriera solo y tan apartado de los demás participantes resultaba bastante confuso. Incluso las bandas de guerra que se encontraban en las orillas para motivar a los corredores tardaron en reaccionar. Juan Luis escuchaba los gritos de apoyo, los tambores y trompetas en detrás de él, y su sonido se desvanecía rápidamente.
Juan Luis Barrios llegó a la meta haciendo un tiempo de una hora, seis minutos y 10 segundos, cansado pero aún en buena forma. Unos minutos después el civil Fernando Maya Estrada fue el segundo en cruzar la meta, seguido por algunos segundos de Eloy Sánchez Vidal. Después de recuperarse rápidamente del esfuerzo, Juan Luis pidió a la sociedad mexicana seguir con la unidad mostrada las últimas semanas y trabajar juntos por un fin común.
Mayra Sánchez Vidal fue la primera mujer en llegar a la meta, dejando unos segundos atrás a Karla Díaz Muñoz, y a Gabriela Eleno Hernández, quien llegó con un desgaste evidente.
Después de que los ganadores normalizaron su ritmo cardíaco, se realizó una ceremonia en la que el General Salvador Cienfuegos Zepeda, Secretario de la Defensa Nacional (Sedena), entregó a los primeros lugares un trofeo y un premio económico de 30 mil, 20 mil y 10 mil pesos, respectivamente. En el evento también estuvieron presentes los medallistas olímpicos Jesús Mena Campos, la senadora Ana Gabriela Guevara Espinoza, y la subteniente María del Rosario Espinoza Espinoza.
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