Por: José Manuel Mota Fernández/
Estados Unidos se convirtió en bicampeón de la Copa del Mundo Femenil, luego de derrotar 2-0 a Holanda este domingo por la mañana desde el estadio del Olympique de Lyon. Con este título llegaron a cuatro campeonatos mundiales y Jill Ellis se convirtió en la única entrenadora, en rama varonil y femenil, en ser dos veces campeona del mundo de manera consecutiva.
Luego de 51 partidos llegó el día definitivo, la gran final de la Copa del Mundo Femenil Francia 2019, evento en el que Estados Unidos y Holanda protagonizaron una final histórica por todo el contexto que se generó en este torneo y la lucha de años que han hecho las mujeres en busca de equidad en este deporte.
Por un lado estaban las máximas ganadoras en la historia de este torneo, gracias a los títulos estadounidenses conseguidos en 1991, 1999 y 2015. En el otro extremo, estaba Holanda, otro de los equipos que se convirtieron en favoritos por la calidad de jugadoras que están en su plantilla.
Y fue la hegemonía la que marcó el rumbo del primer tiempo, pues el US National Team controló a placer las acciones, mientras que sus rivales supieron aguantar la presión ofensiva de las tricampeonas y encontraron algunos contragolpes que no rindieron frutos.
Pero más allá de la defensa, las dirigidas por Jill Ellis se encontraron con Sari Van Veenendaal, portera holandesa, que no sacó una ni dos, tapó cuatro oportunidades manifiestas de gol para dejar su meta imbatida. Una de las más claras fue tras un remate de cabeza que desvió con el pie y que el poste mantuvo fuera de su marco, otra buena acción fue con un tiro de media distancia que paró con un recueste al lado izquierdo.
Además, la polémica no se hizo esperar y pasados los 25 minutos, Alex Morgan pidió un penal por un recargón por la espalda que la llevó hasta el suelo, pero ni la central, ni el Video Assistant Referee apoyaron la inconformidad de Morgan y la jugada terminó en un tiro de esquina.
Así llegó el segundo tiempo, el que definió todo y empezó con una acción desafortunada, pues después de un choque de cabezas, Becky Sauerbrunn, de EEUU, terminó con un corte a la altura de la ceja, pero que no le impidió regresar al encuentro y luchar por un nuevo campeonato mundial para las suyas.
Cuatro minutos después de eso, al 59′, Frappart, la central del partido, con ayuda del VAR, señaló penal a favor de Estados Unidos por una falta de Van Der Gragt que tras la amarilla rompió en llanto. Segundo después, Megan Rapinoe, la capitana, hizo vibrar a todo el estadio con el primer gol del partido, que consiguió con un tiro raso, que confundió a la arquera enemiga.
Contra las cuerdas y con dos defensas condicionadas por amarilla, los ‘Tulipanes’ se volcaron al frente y el dominio, que no les correspondía, llegó a sus pies, sin embargo, en una contra, la cuesta para ellas se hizo más pronunciada.
Rose Lavelle tomó la bola desde tres cuartos de cancha y condujo sola hasta los linderos del área rival, ahí, con elegancia, hizo un recorte hacia la izquierda, su pierna hábil, y sacó un tiro a media altura a poste cambiado al cual no pudo llegar Van Veenendaal y se convirtió en el 2-0 con poco más de 20 minutos por jugarse.
Las europeas intentaron reaccionar, sacaron a Lieke Martens, mejor jugadora del mundo en 2017, y refrescaron las bandas con Van de Sanden y Jill Roord, pero los intentos que lograron generar fueron insuficientes y el más claro de ellos se dio en un tiro libre directo que se fue desviado del marco contrario.
Así concluyó el partido y Estados Unidos se convirtió en el nuevo bicampeón de la Copa del Mundo, luego de lo logrado por Alemania en 2003 y 2007.
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