Por: César Domínguez
Pocas esperanzas, pero muy claras, son las que tiene el cuadro cementero para buscar un lugar en la liguilla del futbol mexicano, eso lo tienen muy en cuenta en La Noria.
Es por eso que lo mostrado en la cancha del Territorio Santos Modelo, tienen la confianza a tope para convertirse en el “caballo negro” de la competencia y tratar de lograr la clasificación, aunque mueran en la línea.
Lo que les ha imprimido el “Jefe” Boy sin duda es una mentalidad totalmente nueva; ha creado un ambiente más ameno que cuando circulaba por el área técnica un apático Sergio Bueno.
Boy a tomado partido en el vestidor siendo más un colega que un entrenador; lo que logra con sus palabras es algo increíble, pues no ha habido un entrenador en los últimos tiempos que logre mantener a los jugadores con los pies en la tierra.
El trabajo que hizo el pasado viernes con jugadores como Carrizo y Benítez, obligando a que estos fueran por todo el terreno de juego en busca del esférico, fue increíble. Jamás se había visto a un ex Boca acoplarse a las ideas de un técnico nuevo tan rápido, y al parecer, Boy lo logró.
Además ese buen ambiente que se está generando dentro del grupo ha hecho que jugadores que parecían terminar su buen nivel de juego, lo están recuperando. Tal es el caso de Lucas Silva, quien dio el gol del triunfo, y de Jesús Corona, que evitó por lo menos dos posibles anotaciones santistas.
En conclusión, todo esto no es para que la afición celeste comience a ilusionarse con el fin de la sequía de títulos, más bien es para que sepan los efectos que puede generar Tomás Boy en medio de un ambiente de incertidumbre.
Si le dan la continuidad necesaria, estoy seguro que en poco tiempo la Máquina volverá a pitar con fuerza. Porque no llegó un “bombero”, llegó “El Jefe”.
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