Por: Iudex
El Apertura 2016 prácticamente terminó, solamente falta la final que se jugará la siguiente semana por el compromiso de América en el Mundial de Clubes. Hay una incógnita en torno a este partido, ¿quién va a ser el árbitro central?, si la mayoría de los que participaron mostraron inconsistencias y poca falta de entendimiento de las reglas.
Claro está que los que estuvieron presentes en las semifinales de vuelta no tienen lugar en el partido más importante del torneo, sin importar que César Arturo Ramos haya ido a Juegos Olímpicos y Fernando Guerrero se haya ido a la competitiva Liga India, porque ambos demostraron su poco juicio en jugadas apretadas y no señalaron dos fueras de lugar que influyeron directamente en el marcador y, a la postre, en la definición de la serie.
Por otro lado, aquellos que eran los silbantes favoritos de la Comisión Disciplinaria, demostraron ya no serlo, porque los partidos importantes fueron oficiados por colegiados con poca experiencia como Fernando Hernández y Marco Antonio Ortíz, mientras que el veterano Roberto García Orozco se tuvo que conformar con partidos que incluían a los grandes, contra equipos de bajo calibre.
Otro que quedó betado completamente de la final, es el señor Paul Enrique Delgadillo, quien estuvo presente en la última final entre estos dos equipos, en el Apertura 2014, y terminó por expulsó a tres jugadores de los regiomontanos y, por ende, terminaron perdiendo la final que se disputó aquella vez en el Coloso de Santa Ursula.
Pero esto es normal en nuestro futbol, torneo tras torneo vemos falta de concentración, muy malos arbitrajes, errores en cuanto a consistencia y, por supuesto, diferentes criterios entre los árbitros, quienes supuestamente se prepararon en la misma escuela, con el mismo reglamento y con las mismas intenciones, cosa que desde hace mucho, pero mucho tiempo, no se demuestra en su trabajo.
Ante todo este escenario turbio, con centrales sin un juicio parejo, solamente quedan las dos “sorpresas del torneo”, árbitros que llevaron a cabo su papel de manera discreta, pero no recibieron una oportunidad en los partidos importantes del torneo, como los son los clásicos y se han tenido que conformar con los menos fuertes en la etapa eliminatoria.
Ellos son Jorge Isaac Rojas y Luis Enrique Santander, centrales con gafete FIFA, cuya falta de protagonismo, buen desempeño dentro del terreno de juego y sus pocos conflictos con los jugadores, los ha mantenido fuera de los reflectores y, por ende, fuera de los encuentros importantes, por lo que su participación en la final, al menos en la de vuelta, es casi imposible.
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