Por: Iudex
Dos árbitros novatos vivieron minutos trágicos en los partidos de vuelta de los cuartos de final de la Liga MX, se trata de Fernando Hernández y Oscar Macías Romo, uno de ellos perdonó dos rojas y otro más le regaló el pase a las semifinales a los Xoloitzcuintles de Tijuana.
Comencemos con Oscar Macías Romo que recientemente recibió su Gafete FIFA. El marcador global iba 2-1 a favor de Tijuana y en el 86′, Morelia puso el gol de empate en una jugada a balón parado, sin embargo, el central decidió invalidar la jugada, ¿la razón?, una falta inexistente.
Según el colegiado el rematador de la ‘Monarquía’ recargó por la espalda al defensor, sin embargo, la repetición muestra todo lo contrario, en caso de que intentara cambiar su decisión y decir que la jugada se anuló por fuera de lugar, el segundo rematador estaba muy por detrás de la línea, como se muestra en la repetición de ESPN.
Con ese gol, Miguel Herrera y sus perros no hubieran avanzado a las semifinales por el criterio de gol de visitante que hubiera llevado a la Monarquía a la siguiente etapa pero no fue así, la ‘Bala’, decidió inconscientemente que el tercer finalista sería Tijuana, arrebatándole así una merecida semifinal al cuadro purépecha.
Ahora vamos al partido entre Monterrey y Tijuana, mismo que acabó con golpes en las tribunas. Corría el minuto 20 cuando Rogelio Funes Mori le propinó una entrada desleal, artera y cobarde a Nahuel Guzmán, sí, era de roja, pero Fernando Hernández ni siquiera marcó la falta en ese momento, se tuvo que esperar a que le indicaran por el chícharo; la imagen dice más que mil palabras y al final, el atacante rayado solamente fue amonestado.
Pero la cosa no terminó ahí, luego de que el árbitro no señaló la falta, Jesús Dueñas le metió un empujón al central y tampoco fue expulsado, aun cuando el contacto fue mucho más notorio que el que le metieron a Miguel Ángel Flores y que llevó a la suspensión de Enrique Triverio; Hernández Gómez, el “futuro del arbitraje mexicano” solo sacó amarilla.
Y por si no se acordaban, fue al mismo árbitro al que Pablo Aguilar le dio un “cabezazo” que lo dejó fuera por 10 partidos, solo que en esta ocasión al silbante le tembló la mano para echar de la cancha al jugador de los Tigres, en fin, un arbitraje desastroso de los dos colegiados.
En conclusión que ya no los pongan a dirigir este tipo de partidos, todavía “están muy verdes”.
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