Por: Iudex
Una vez más se hizo presente la incompetencia de los árbitros, en un partido importante, prácticamente César Arturo Ramos Palazuelos le regaló los tres puntos al conjunto crema, puntualmente por dos grandes errores que fueron directo al marcador y que fueron la validación de un gol y no marcar un penal claro en el área americanista que se convertiría en el 1-0 si el reglamento se hubiera aplicado bien.
Por supuesto que esto no demerita el labor que hizo el América, ganarle al lugar 17 del torneo no es nada sencillo y menos si tu equipo es igual de inoperante que el de tu rival y que el sistema arbitral mexicano que cada vez da más pena y preocupación, ya que las jugadas claras, nada más no se marcan.
En el primer gol de Oribe Peralta, el ahora llamado “Jugador del Clásico Joven”, por la cantidad de goles que le ha hecho cementero, hay dos faltas previo al remate. Primero Bruno Valdés recargó por la espalda a Christian Giménez y después Oribe Peralta hizo lo propio con Julian Velázquez.
Lo más curioso, es que César Ramos estaba exactamente en frente a las acciones y no hay manera alguna que no las haya visto, ahora sí, como se dice, “se tragó el silbato”, por no usar otras palabras. Con dos sanciones que fueron inexistentes para el central, las Águilas se fueron arriba.
Pero eso no es lo más indignante, que le roben al pobre es algo muy común en México y fiel a eso, Palazuelos no les robó una, les robó dos veces, así es, robo es la palabra adecuada para no sancionar este tipo de acciones, que son muy, pero muy claras y que dejaron en el penúltimo sitio a la máquina.
Poco tiempo después del primer incidente, llegó el segundo, Agustín Marchesín derribó intencionalmente a Martín Rodríguez dentro de su área, pero el silbante dejó correr. Esta es 20 veces más clara que al anterior, el refuerzo de los celestes levantó la pelota para evitar que el meta americanista se la robara y este le pegó en los dos pies, sin intenciones de jugar el balón, penal claro que tampoco se marcó.
Como cada ocho días hay aciertos y también los tuvo, uno al 34 cuando dio ley de la ventaja para el remate del ‘Conejo’ Benítez que terminó fallando y en la expulsión de Rocco, lo único que faltó fue la amarilla para el zaguero que casi interrumpe la escapada del atacante de los cementeros.
Regresando al tema, de nada sirve tener dos decisiones buenas en un partido si otras dos te los van a echar a perder, dos que sin duda alguna se podían sancionar. Uno de los Brizio dijo “Ya regresó el César al que nos habíamos acostumbrado”, no es cierto, nunca regresó, una vez más nos demostró que está muy, pero muy por debajo de su nivel, ese que mostró el torneo de su debut.
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