Por: Redacción

La edad adulta erróneamente se ha considerado un obstáculo para realizar algún tipo de actividad física, esto sin tomar en cuenta que el deporte en gran medida ayuda a construir un camino hacía una vejez exitosa y disminuir el impacto que la discapacidad tiene sobre la calidad de vida.

De acuerdo a la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), en México este grupo de personas representa más del 10% de la población total y donde las enfermedades del corazón, cerebro vasculares, de las vías respiratorias, la diabetes mellitus e hipertensión, representan las principales causas de mortalidad del 55.6%.

El doctor Aldo Patiño Castillo, subdirector de Atención Integral a Deportistas de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE), explicó que a partir de los 65 años de edad, una persona se considera adulta mayor, pero si esta padece una enfermedad crónico-degenerativa o alguna limitación funcional, entre los 50 y 64 años, debe clasificarse en este grupo poblacional para prescribirles o dosificarles el ejercicio.

“Se puede y se debe hacer actividad física, con esto se busca mantener y en la medida de lo posible, ir mejorando progresivamente sus capacidades tanto funcionales como las patologías que puedan tener de base, así como prevenir las que no tengan”, mencionó el especialista.

Patiño Castillo destacó que dentro de los objetivos principales del ejercicio, se encuentran reducir el comportamiento sedentario, mejorar su destreza y manejar adecuadamente los riesgos que las personas con alguna enfermedad pueden padecer.

¿CÓMO EJERCITARSE?

El entrenamiento que realicen los adultos mayores posee un enfoque mixto, tanto preventivo como terapéutico, esto para que la prescripción incluya:

– Actividad aeróbica: Implica el movimiento de grandes grupos musculares como caminar, trotar, andar en bicicleta y nadar, esto en moderada intensidad de 30 minutos, cinco días a la semana.

– Resistencia o fuerza muscular: Se busca la activación de entre 8 y 10 grupos musculares distintos (brazo, hombro, tronco posterior y anterior, cadera, muslo, pierna) haciendo una serie de 15 repeticiones, aproximadamente.

– Flexibilidad: Es importante que se realice por lo menos dos veces a la semana, 10 minutos de estiramiento de los mismos músculos que se trabajaron, esto para un rango de movimiento en las personas que les permita desempeñar sus actividades de la vida diaria.

– Ejercicios de balance: El baile es una buena opción para favorecer el mantenimiento de equilibrio y así disminuir el riesgo de caídas.

El experto de la CONADE recomienda comenzar de menos a más con la activación física y así ir construyendo un hábito, sin embargo es importante que de manera inicial, se consulte con un profesional para que tome en cuenta los riesgos que la persona pueda presentar y así, poder realizar un plan de actividad de forma segura.