Por: Víctor Cruz/
Los tres puntos que consiguió el Cruz Azul esta tarde ante el Necaxa, son un verdadero tanque de oxígeno para Caixinha y sus pupilos, pues tenían ya cuatro fechas de no probar las mieles de la victoria.
El Estadio Azteca abrió sus puertas para celebrar el partido correspondiente a la jornada nueve del Clausura 2019, la respuesta de los aficionados no fue muy buena y castigó a los jugadores su paso irregular que han tenido esta temporada.
El partido inicio con un golpe de autoridad de parte de los Rayos y apenas a tres minutos de haber iniciado el encuentro, Brian Fernández, una de las revelaciones de este torneo, prendió un balón de volea en el área dejando opciones a Corona y de esa manera conseguir su gol numero ocho, colocándolo de líder de goleo individual y poniendo las cosas complicadas para el conjunto celeste.
El primer tiempo fue completamente del club Necaxista, seco la pólvora de los Celestes, quienes no obtuvieron profundidad ni ideas para igualar el marcador en los primeros 45 minutos del cotejo, el desempeño fue malo y no generaron absolutamente nada al ataque.
Finalizó la primera parte y la tensión empezó a sentirse en la cancha, tanto fue así que hubo un par de empujones de parte del zaguero central Pablo Aguilar y el español Edgar Méndez, parecía que el guion tenía tintes terroríficos para los locales.
La segunda mitad fue completamente diferente, los cementeros empezaron a tener el control del encuentro y el portugués empezó a mover sus piezas, dandole la oportunidad al peruano Yotún, uno de los refuerzos de este torneo, quien se mostró participativo en el medio campo.
Transcurrieron 15 minutos de la segunda mitad, para que Yotún recuperara un balón en medio campo, tocara a la banda izquierda para el jovencito Roberto Alvarado, y mandara1 un centro excelso que termino por concretar Caraglio para poner el empate en el marcador.
El Cementeros siguieron al abordaje y pasaron cinco minutos después del gol, para que otra vez Yotún tomara el esférico, encarará hacia el área y en una jugada que no pudieron cortar los defensas, le cayera el rebote a Méndez y le diera vuelta a los cartones.
El equipo de Guillermo Vázquez no encontró la manera de reaccionar después del segundo tanto y a bace de corazón y garra trató de volver al partido, cosa que no sucedió y se marchara de la capital con un descalabro.
Por lo pronto, los capitalinos podrán dormir tranquilos este fin de semana y empezaran a pensar en el siguiente encuentro, que será frente a los Rojinegros del Atlas.
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