Por: Luis Enrique Meza
Hace 12 años cursaba primero de primaria. Recuerdo que los sábados, mi madre me levantaba a las 7 de la mañana para ir a jugar futbol. Curiosamente, ese horario coincidía con los partidos del Manchester United. En lo que yo realizaba el ritual habitual de cualquier soñador que busca llegar a Primera División: preparar el balón, tenis, espinilleras y uniforme; también prendía el televisor en el canal de deportes para ver a un joven jugador de 18 años llamado Cristiano Ronaldo.
La realidad es que un niño de 6 años difícilmente se da cuenta sobre el potencial de un jugador profesional. No obstante, yo anhelaba que llegaran los fines de semana para observar sus osadías con el balón. Portaba el número 7 en el dorsal, el mismo que el legendario mediocampista David Beckham. Parecía un número con mucha responsabilidad para un joven desconocido. Sin embargo, el nacido en Madeira supo portarlo y ponerlo en un lugar inalcanzable.
Aún recuerdo su debut el 16 de agosto del 2003 ante el Bolton Wanderers. Sir Alex Ferguson lo llamó para que entrara de cambio por el centrocampista Nicky Butt al minuto 60. El encuentro estaba decidido; los Red Devils, ganaban 3 a 0. Pero lo interesante de este partido común y corriente, es que nadie sabría que ahí, Cristiano empezaría a escribir su historia llena de muchos tropiezos pero también de bastantes alegrías.
A pesar de que en su primera temporada con el Manchester United solo marcó cuatro goles, consiguió una FA Cup (2003-2004), título que lo encaminó a conseguir 21 campeonatos más a nivel colectivo: tres Premier League (2006-2007, 2007-2008, 2008-2009), una liga BBVA (2011-2012), tres Champions League (2007-2008, 2013-2014 y 2015-2016), dos Mundial de Clubes (2008-2009 y 2014-2015), 1 Supercopa de Europa (2014-2015), dos Copas del Rey ( 2010-2011, 2013-2014), una Supercopa de España (2012 -2013), dos Copas de Inglaterra ( 2005-2006, 2008-2009) y tres Community Shield (2003-2004, 2007-2008, 2008-2009.
Ayer sumó el más importante en su carrera: una Eurocopa. El Estadio Stade de France, fue testigo de ver a Cristiano Ronaldo levantar el trofeo que no pudo el mítico Eusebio o Luis Figo, ambos próceres del futbol portugués. Cr7 consiguió darle el máximo logró deportivo a su país. Aunque cabe destacar, que el astro portugués no pudo seguir en el encuentro debido a una lesión en el minuto 25, pero conformó un grupo fuerte durante el certamen, mismo que le ayudó a culminar la obra.
El 4 de Abril del 2004, justamente en su país tuvo una oportunidad demasiado rápida. A tan solo algunos meses de su debut con selección mayor (20 de agosto del 2003), pudo consagrarse junto a Luis Figo, Deco, Pauleta, Ricardo Carvalho, Maniche, entre otros. Sin embargo, esa selección conformada por grandes jugadores, sucumbió ante Grecia en la final de aquella Eurocopa. El solitario tanto del griego Angelos Charisteas, dejó una tristeza inmensa a más 10 millones de portugueses y a Cristiano que estaban ansiosos por ver campeona a su selección ese día.
La revancha llegó 12 años después, pero en Francia. Ahí fue el lugar donde Cristiano se consolidó como el mejor jugador portugués de la historia. Y aunque muchos no estén de acuerdo, los números hablan por sí solos.
Lograr tanto en tan poco tiempo, no es fácil y más si juegas en clubes como Manchester United y Real Madrid donde existe una exasperada presión mediática. Lo de la selección tiene un peso específico. Nadie es capaz de ponerse el grupo al hombro y ser un referente para ellos. Cristiano lo hizo y lo consiguió nada más y nada menos como el máximo goleador de Portugal con 61 dianas.
Jugador polémico, goleador, disciplinado, mediático, egocéntrico, arrogante, exitoso, profesional y perseverante, es una combinación de adjetivos que lo han llevado a cumplir sus metas. No por algo es el máximo goleador del Real Madrid con 364 goles convertidos en 348 partidos, lo que complementa un total de 487 goles en 671 encuentros con un promedio de gol por partido de 0.73.
Ronaldo es la viva imagen que si quieres lograr algo, lo consigues con base en esfuerzo, disciplina y perseverancia. Ya son 12 años de seguir su trayectoria, y sin embargo, aún recuerdo con mucha emoción y euforia los sábados en las mañanas cuando me emocionaba antes de irme a practicar futbol.
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