Por: Redacción/
Para el marchista Carlos Emiliano Mercenario Arsof el 2019 representó el cierre de su etapa como juvenil, y ahora, se dice listo para enfrentar un nuevo reto en su ascendente carrera deportiva.
Entre los objetivos de Mercenario Arsof para el 2020 destacan el consolidarse en la prueba de 20 kilómetros y buscar la clasificación a los Juegos Olímpicos de Tokio.
“Representa el término de mi etapa juvenil, en la que cada año que pasó fui aprendiendo y conociéndome más; considero que cierro bien esta etapa, fue un año en el que asistí al Campeonato Panamericano en Costa Rica, obteniendo la medalla de plata, y una prueba en Eslovaquia, en donde obtuve la presea de oro, así me despido de la categoría de 10 kilómetros”, comentó.
La agenda deportiva del andarín arrancará el 2 de enero, fecha en la que comenzará un campamento de preparación de cuatro semanas en Australia, país donde realizará su primera competencia de 20 kilómetros. Posteriormente, verá acción en Eslovaquia y República Checa.
“Mi meta máxima para el próximo año es grande, es poder dar la marca a los Juegos Olímpicos, que es un 50-50 porque no sabemos cómo voy a reaccionar en los 20 kilómetros, pero por lo que marcan los resultados de mis entrenamientos, todo va bien y espero dar el registro para Tokio que es de 1:21:00”, comentó.
El joven que brilló en varias ediciones de la Olimpiada Nacional, así como en distintas competencias internacionales, aseguró que no siente presión por llevar el apellido de su padre, Carlos Mercenario Carbajal, medallista de plata en los 50 kilómetros de marcha de los Juegos Olímpicos Barcelona 92.
“El apellido Mercenario muchos lo conocen, mi papá obtuvo una medalla olímpica, y sí, siento orgullo de tener ese apellido, pero sobre todo una responsabilidad; pero como he dicho, es un arma de doble filo, es como uno lo quiera ver, puede ser la presión de llevar dicho apellido o al contario, sentirte apoyado”, aseguró.
No Comment