Por: Redacción
Mientras atan las agujetas de sus zapatos y se ajustan la gorra a la cabeza, los rostros de Ángel y Roberto lucen resplandecientes, pero ese brillo no es reflejo del intenso sol que baña el estadio de los Charros de Jalisco, sino producto de la ilusión en sus rostros por participar en los selectivos de la Academia CONADE de Béisbol en Guadalajara.
Formar parte de este proyecto es un sueño para todos los pequeños peloteros del país, pero en el caso de Ángel y Roberto, dos de los 15 niños de las casas hogar “Las Doce Piedritas” y “Un Cielo para un Ángel” que acudieron a demostrar sus habilidades en el diamante, la simple oportunidad es un triunfo de vida.
“Un niño llega a una casa hogar de manera voluntaria o por medio de un Ministerio Público. El motivo es una vulneración de sus derechos o cualquier situación de riesgo para su integridad”, establece Eli Habacuc García Romero, representante del DIF Jalisco que acompaña a los menores en su aventura.
Al tiempo que Ángel calienta el brazo y Roberto fildea algunas rolas en el cuadro, García Romero explica la manera en que el equipo profesional Charros de Jalisco ha apoyado al desarrollo de estos infantes.
“Tenemos alrededor de un año trabajando con Charros, que nos abrió una academia donde podemos incluir hasta 100 niños de casas hogar. En la actualidad tenemos a 44 menores pertenecientes a tres casas: ‘Un Cielo para un Ángel’, ‘Las Doce Piedritas’ y ‘Ministerios de Amor’. Hemos visto un gran avance en los niños que participan en esta academia, pues aunque muchos no destacan en el béisbol, tienen la oportunidad de integrarse a la sociedad. Además, se crea una expectativa sobre su potencial al decirles: ‘Tú puedes, estás entrenando y puedes lograr algo’”, señala Habacuc García.
En tanto los entrenadores siguen con atención los movimientos de Ángel y Roberto para evaluarlos, el joven funcionario continúa: “La mayoría de los chicos llegan sin conocer mucho de béisbol, así que para que no se sientan en desventaja primero les enseñan y luego se les hace un proceso selectivo para incluirlos en los equipos. Ya tenemos a cinco menores integrados”.
Tras concluir su sesión de lanzamientos, Ángel se hidrata y se une a un nutrido grupo de infantes, con quienes convive entre risas antes de tomar su turno al bat. “Estoy muy contento por participar en la Academia CONADE de Béisbol. Todo está muy padre: los guantes, las pelotas, las pruebas que nos hacen… Me siento muy feliz”, dice el pequeñín portador del número de registro 528, quien no cesa de sonreír.
Roberto, aunque de carácter más serio, dibuja una amplia sonrisa cuando habla de su experiencia: “La verdad está padrísimo. Me sentí como si estuviera en un equipo profesional. Eso me puso algo nervioso al inicio, pero después me dediqué a disfrutar y me voy muy contento y satisfecho. Gracias a CONADE y a Charros por esta oportunidad”.
La jornada concluye para la categoría de 11 y 12 años. Luego de las pruebas físico-atléticas, de especialidad por posición y los juegos selectivos, Ángel y Roberto se marchan a la espera de los resultados, pero no lo hacen con las manos vacías. Su esfuerzo y dedicación es reconocido con la manopla que utilizaron en las pruebas, un pequeño detalle, sí, pero invaluable para dos menores que hasta entonces no gozaban de poseer un guante propio.
La Academia CONADE de Béisbol retomará sus selectivos varoniles a partir de este fin de semana, cuando visite el estadio Gasmart, casa de los Toros de Tijuana, en Baja California. Y al igual que sucedió en la primera fecha en Guadalajara, todos los niños y jóvenes de entre 11 y 16 años de edad, sin excepción, tendrán oportunidad de formar parte de este proyecto, porque en la Academia CONADE los sueños están al alcance de todos.
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