Por: Redacción/
El polémico y extravagante músico Dámaso Pérez Prado es el protagonista de la puesta en escena Yo soy el Rey del Mambo que cierra el ciclo Tiempos de Cabaret que, en el Centro Nacional de las Artes (Cenart), que desde el 17 de agosto ha presentado además las obras Tandas y tundas y Angélique.
A cargo de la Compañía Conjuro Teatro, Yo soy el Rey del Mambo pondrá ritmo y sabor en el Teatro Raúl Flores Canelo este fin de semana, en esta pieza que homenajea a uno de los grandes artistas de la música popular del siglo XX.
Un total de siete actores en escena, acompañados por el quinteto cubano de metales Atenas Brass Ensemble, dan vida a este montaje cuya dramaturgia es de Ulises Rodríguez Febles y que cuenta con la dirección musical de Emiliano González de León.
Yo soy el Rey del Mambo hace una mescolanza, jerigonza, estofado de sonoridades y sinfonía dramática que indaga sobre el músico, compositor y arreglista cubano, en su música y sus polémicas, en su exitosa pero también trágica existencia.
La puesta en escena recuerda la polémica que el mambo ocasionó a mediados del siglo pasado, cuyos sonidos poderosos, inexplicables y maravillosos, enloquecieron a la Ciudad de México desde el Hotel del Prado.
Muchos gozaban del nuevo ritmo y consideraban al cubano, un músico salido del cielo porque nunca se había escuchado algo igual, pero también había detractores que señalaban que el mambo era raro, salvaje, neurótico, sexual y hasta primitivo.
Pérez Prado era cubano, pero su música era mexicana, pues el mambo se metió en la cabeza de la gente, estaba en la radio, en la televisión y el cine y conquistó desde Perú hasta Japón e incluso a Nueva York.
Pero la pregunta está presente: ¿en realidad Pérez Prado inventó el mambo? En esta obra una periodista se lanza en la búsqueda de la verdad, para lo cual acosa al músico, por muchos considerado un genio, que escribió más de 300 piezas y vendió millones de discos.
El espectador podrá atestiguar esta polémica sobre el origen del mambo, palabra congo que significa baile, gozo y alegría, que define al género que nació en Cuba pero que creció en nuestro país.
“El mambo soy yo” aseguraba Dámaso Pérez Prado, hombre polémico que cambió al mundo con ese género al cual consideraba un ritmo sincopado de alientos medios y donde la trompeta hace la melodía.
Un genio, uno de los músicos cubanos más importantes del siglo XX, el Beethoven tropical, un ser extravagante, así era Pérez Prado, el único y verdadero Rey del Mambo.
Pero esta puesta en escena también recuerda nombres como el de Orestes López, Arsenio Rodríguez y hasta Pantaleón, el hermano de Pérez Prado que en Cuba consideran como los creadores del mambo, una fusión entre danzón, rumba y jazz, que muchos, dicen, Dámaso sólo hizo popular.
La fama se le subió a la cabeza a Pérez Prado, quien nació en Cuba, la isla de los sueños el 11 de diciembre de 1917 y murió en la Ciudad de México en 1989. Pasan los años y la pregunta sigue en el aire, ¿fue quien inventó el mambo?
Los interesados en disfrutar de este pegajoso ritmo y hasta ponerse a bailar con el quinteto Atenas Brass Ensemble podrán hacerlo en las dos funciones más que Yo soy el Rey del Mambo ofrecerá este fin de semana.
La cita es en el Teatro Raúl Flores Canelo del Centro Nacional de las Artes, Avenida Río Churubusco No. 79 esquina con Calzada de Tlalpan, colonia Country Club, este sábado 1 de septiembre a las 19:00 horas, y el domingo 2 en punto de las 18:00. Las localidades tienen un costo de $100.
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