Por: Meztli Islas

Gregorio Walerstein, fue el productor cinematográfico considerado un gran impulsor del cine mexicano en la  Época de oro.

Hijo de una familia judía, inició su vida laboral como ayudante de contabilidad, labor que desarrolló  desde muy joven hasta que terminó de estudiar y decidió poner su propia oficina. El contador de profesión, sintió una singular atracción por el séptimo arte.

Su salto de ser un pequeño asiduo a las salas de cine, donde pudo admirar las películas más taquilleras de la época, fue cuando en 1941 produjo su primer largometraje que llevaba por nombre Lo que el viento trajo y fue dirigido por José Benavides Jr. En el mismo año, fundó la productora Filmex junto con Gonzalo Elvira y Simón Wishnack,

Ya con su propia compañía cinematógráfica, produjo en 1942 El conde de Montecristo, Alejandra El baisano Jalil que fue protagonizada por Joaquín Pardavé. Para 1943 hizo Adiós juventud; más tarde en 1944, y en 1946 se sumó a su lista Los nietos de Don Venancio.

Después de varias producciones con sus socios, decidió emprender en solitario Cima Films. Además fue co-fundador con Jesús Grovas, Carlos Carriedo Galván y Salvador Elizondo de Película Mexicanas S.A., que fue la primera empresa dedicada a la distribución de cine mexicano para Sudamérica.

El historial de Walerstein, consta de alrededor de 250 películas. Trabajó con los directores y artistas más importantes de la cinematografía nacional, fue uno de los cimientos dela industria fílmica del país.

En 1992 fue homenajeado con la Medalla al Mérito de la Asociación de Productores de Películas, en 1994 con el Ariel Especial de Oro otorgado por la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas y en 1998 con la Medalla Salvador Toscano y el Heraldo Especial por su trayectoria.

Falleció un día como hoy, el 26 de enero pero de 2002 a los 88 años de edad, dejando tras de sí una carrera prodigiosa en el cine.