Por: Redacción
En el centenario del nacimiento de la novelista y dramaturga Elena Garro será recordada el próximo el martes 8 de marzo a las 19:00 en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, como parte del ciclo Mujeres de letras que organiza el Instituto Nacional de Bellas Artes a través de la Coordinación Nacional de Literatura.
Los escritores Beatriz Espejo, Eduardo Antonio Parra y Patricia Vega, bajo la moderación de Mariana Hartasánchez charlarán en torno a la vida y obra de uno de los personajes más controvertidos de las letras mexicanas.
“Elena Garro es inimitable, así como su manera de construir personajes y su variedad temática. Ella parte de sí misma para lograr lo universal. Eso fue lo que hizo, se convirtió en nuestra mejor escritora del siglo XX”, sentenció la destacada cuentista Beatriz Espejo, quien también destacó la “imaginación poética” de la autora de Los recuerdos del porvenir.
Perteneciente a una generación de escritoras destacadas en los años sesenta, Elena Garro marcó pauta por su propia genialidad, con la cual Beatriz Espejo dijo identificarse.
“En mi caso particular, tengo más punto de contacto con ella que con otras literatas. Garro era una muchacha acomodada que se dedicó a ganar dinero por sí misma, fue maestra, daba conferencias y escribía editoriales, además de ser feminista”, explicó.
Beatriz Espejo recomendó abordar todas las facetas creativas de la poblana, con obras como Felipe Ángeles que da muestra de su calidad en la dramaturgia, Memorias de España 1937 en la que destaca como memorialista o con el cuento Andamos huyendo, Lola.
José Carlos Castañeda, académico y experto en la obra de Garro dijo que muchas personas que la rodearon han escrito sobre ella, intentando esclarecer quién era en realidad. “Se han dicho muchas cosas, hay quien dice que era mitómana, paranoica, frívola o un genio. Hay una gran oscilación respecto a quién fue”.
Agregó que, en los libros de quien fuera esposa del poeta Octavio Paz, existen elementos autobiográficos. “No sé por qué todo el tiempo regresaba a sí misma en sus textos, hablaba sobre ella y qué es lo que quería construir al darnos esas distintas versiones de sí”.
La vida de Garro se confunde muchas veces con la ficción, como hace notar Castañeda, quien apuntó que la novelista todo el tiempo dio pruebas falsas o datos que confundieran a quien la quisiera descubrir.
“En su obra de repente dice que nació en 1920, lo cual es falso, pero ella siempre lo sostuvo. Y eso es algo más que el típico engaño de alguien que quiere verse más joven. Eso coincide también con otra serie de datos, por ejemplo, cuando afirmaba que no se había divorciado de Paz o cuando cambiaba la fecha de su boda, o los lugares donde vivió.
“Yo que he seguido su vida, es muy difícil rastrearla, y lo hizo a propósito, no es una casualidad. Porque ella se concibió como uno de sus personajes, como un personaje que es un fugitivo”, indicó.
Lo más importante, comentó Castañeda, es que Elena Garro plantea una cuestión, “la de saber si realmente podemos conocer a una persona. Eso es algo con lo que ella está jugando todo el tiempo. ¿Es posible conocerla en profundidad? En el caso de ella me parece que la respuesta es evidente
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