Por: Redacción/

Traducir es cruzar fronteras. En la época de los muros una de las vías infalibles para traspasarlos es la traducción, traslación de lenguas, pero también de idiosincrasias, de formas de concebir el mundo, de imaginar nuevas soluciones, expresó Rosa Beltrán, directora de Literatura de la UNAM.

A propósito de la edición 26 del Encuentro Internacional de Traductores Literarios “Traducción sin fronteras y construcción de la diversidad”, la escritora dijo que uno de los sentidos de este encuentro fue reflexionar en torno a los problemas de dicha actividad desde distintas ópticas.

“Nuestras bibliotecas y saberes están conformados por obras en traducción; si nos ponemos a pensarlo, tres cuartas partes de nuestro conocimiento, o más, son saberes que tienen que ver con la traducción, desde el más remoto pasado y los mitos, las obras maestras de oriente y occidente, las modernas y contemporáneas, la traducción tiene un papel fundamental en nuestras vidas”, subrayó.

Trabajo “ingrato”

“El trabajo de traducción es ingrato, porque cuando se trata de una extraordinaria traducción, decimos ‘qué gran autor’, y pocas veces reparamos en que no sólo se trata de una gran pluma, sino también de un gran traductor”.

En contraste, cuando las traducciones no son buenas y las editoriales pretenden hacer digestos de grandes obras, un mal traductor puede matar a un autor. En cualquier caso, les debemos mucho a los traductores y a sus afanes por la interpretación exacta, la traslación, incluso de factores como el insulto o el humor, que son tan difíciles de traducir.

Arturo Vázquez Barrón de la Asociación Mexicana de Traductores Literarios, enfatizó que la literatura está lejos de ser una práctica inocua, y la traducción, que es su espejo, su caja de resonancia, tampoco lo es.

“Es posible pensar el papel de la traducción literaria en términos políticos, sabemos que no es ajena a una situación de deterioro global y, por lo mismo, pensamos que valdría la pena enfocar la reflexión sobre las maneras en que ayuda a entender y, en consecuencia, a aliviar la devastación”.

En el encuentro intervinieron académicos y alumnos de la Facultad de Filosofía y Letras, de la Dirección de Literatura y la Escuela Nacional de Lenguas, Lingüística y Traducción (ENALLT) de la UNAM; su directora, María del Carmen Contijoch, manifestó que dicho cónclave es referencia obligada para la historia de la traducción como disciplina. “Hay que abonar al conocimiento y ser positivos, que desdibujen las fronteras y se fomente la interculturalidad”, finalizó.