Por: Redacción
En la cultura contemporánea de Japón conviven tradiciones ancestrales y la súper modernidad, con el anime y el manga como las manifestaciones más representativas del arte pop de ese país utilizadas también con fines pedagógicos en la enseñanza de las matemáticas, los idiomas o la economía, expuso el excelentísimo Akira Yamada.
Al participar en el Librofest Metropolitano, llevado a cabo en la Unidad Azcapotzalco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), el embajador de esa nación en México señaló que en la vida cotidiana de los japoneses cohabitan la tecnología avanzada y las costumbres milenarias, así como en las ciudades hay obras de la arquitectura moderna y de los siglos VIII o XIX, en una confluencia que atrae a los jóvenes de todos los continentes.
El video del personaje de Súper Mario Bros que anticipó la bienvenida al mundo a la Olimpiada Tokio 2020 durante la clausura de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro el año pasado sirvió al diplomático para dar cuenta del despliegue tecnológico que se espera en la justa deportiva, en la que personajes de manga y anime tendrán un papel central.
Ese video ha tenido gran repercusión entre la juventud porque se piensa que simboliza, junto con el Pokemón Go, el Japón actual, donde existen diferentes tipos de manga: para niños, jóvenes y adultos utilizados también con fines educativos en disciplinas diversas.
Algunos personajes conquistaron el gusto de la gente en todos los rincones del orbe, sobre todo a partir de la segunda mitad del siglo XX, cuando el género cobró protagonismo con Astroboy, que empezó a publicarse en 1952 y en 1963 se convirtió en el primer manga de la televisión local.
La serie no es un simple cómic, pues el robot cuestiona a la humanidad, “los méritos y los efectos de la tecnología científica, tiene el sentir de las personas y hace todo lo que puede para resolver los problemas, consiguiendo conmover a los niños”.
Yamada citó también a Heidi, Naruto, Dragon Ball, Pokemon y Gokú, entre otras figuras de gran repercusión entre los hispanohablantes y que fueron muy conocidas en México.
La cultura pop nipona es aceptada en el orbe debido a que las obras son creadas con seriedad, como revelan la competencia y la originalidad de cada historia, cuya narrativa suele ser bastante complicada pues no presenta a un personaje bueno y otro malo que compiten y siempre gana el bueno.
Tanto los personajes como la tecnología de expresión son mucho más complejos, lo que explica que cada año se publiquen alrededor de 12,000 cómics y 400 revistas de manga, alimentando una gran competencia que exige a los autores trabajos de alta calidad.
Desde la década de 1990 la internacionalización de dichos productos se expandió a gran escala y en 2000, gracias al desarrollo de Internet, los aficionados pueden ver el anime en tiempo real, mientras más de mil actividades del tipo son convocadas en el mundo por jóvenes que reúnen a audiencias masivas.
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