Por: Melisa Carrillo/
Bajo un cielo azul y nubes poblanas, familias enteras se reunieron para disfrutar nuevamente de uno de los eventos culturales favoritos de chicos y grandes, el concierto “Sinfonía vapor”, que desde hace 13 años se realiza en el Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos para recordar la importancia de este transporte en el país.
El programa es interpretado cada año por la Orquesta Sinfónica Cinco de Mayo, bajo la batuta del maestro Fernando Lozano, y la Banda de música de la Secretaría de Seguridad Pública, bajo la batuta de Abraham Ibáñez Acevedo.
En el evento estuvieron presentes la directora del museo, Teresa Márquez Martínez, y Sergio Ortíz, Director de Artes Plásticas y Escénicas de la Secretaría de Cultura y Turismo del estado, quienes reconocieron el valor de este medio de transporte para la ciudad de puebla y el país, y la presentación que año con año realizan los músicos y maquinistas.
El concierto dio inicio con la aparición del director Fernando Lozano, y la interpretación de la Obertura de la urraca ladrona de Gioacchino Rossini.
Mientras el maestro dirigía concienzudamente a la orquesta, el público se mantuvo atento y con la mirada en el escenario, percibiendo atentamente los sonidos, y siguiendo los altibajos de la melodía.
La pieza que se tocó a continuación, el Vals Emperador, terminó por embelesar al público, que poco a comenzó a mover su cabeza al suave ritmo del vals. Los más afortunados fueron los pequeños, que en brazos de su madre fueron arrullados por las cadencias de Johan Strauss Jr, conocido como el rey del vals.
Al comenzar la polka Los chamacos, del hidalguense Abundio Martínez, el público comenzó a acompañar a los músicos con las palmas, para después continuar siguiendo el ritmo de forma más discreta y silenciosa en sus asientos.
Posteriormente se interpretó el vals Las violetas, una de las composiciones más conocidas del neoleonés José Mauro Garza, para continuar con la breve pero enérgica Fiesta para Bugles, pieza militar para tres cornetas del compositor norteamericano Leroy Andersson.
El viaje musical comenzó a tomar forma de ferrocarril con la interpretación de Las cuatro estaciones, de Arturo Márquez, compuesta especialmente para la primera edición del concierto Sinfonía vapor. Se trata de cuatro movimientos que describen el paso de una locomotora por las estaciones de cuatro estados: Aguascalientes, San Luis Potosí, Veracruz y Puebla.
Conforme avanzó la pieza, el público pudo recordar la nostalgia de viajar en ferrocarril, gracias al sonido de las percusiones, que asemejaban el sonido de un tren en movimiento.
El concierto continúo con el Danzón no. 2, también de Arturo Márquez, y una de las piezas que le merecieron el reconocimiento del que actualmente es acreedor, y que recuerda la sensualidad y emotividad de la música popular mexicana.
Finalmente, el concierto concluyó con la obra que da nombre al concierto, compuesta especialmente por el músico mexicano Melesio Morales, para la inauguración de la red ferroviaria que conectaba a la ciudad de Puebla con Atlizco, en un evento fastuoso en el que estuvo presente el presidente Benito Juárez.
La peculiaridad de la composición de Morales, es que fue creada para ser interpretada en un espacio abierto, y dentro de las tablaturas incluye indicaciones precisas para que una locomotora aparezca en escena y acompañe a los instrumentos con su silbato.
Es justamente este momento, el que hace del concierto un evento tan especial, ya que al escuchar el potente sonido de la máquina; el público, hasta ese momento hipnotizado por la música, deja sus asientos para correr y recibir a la locomotora de vapor O de M2, del Ferrocarril Occidental de México, que impulsada por una locomotora diésel-eléctrica aparece a un costado del escenario, cerrando con broche de oro el viaje que los asistentes han recorrido durante el concierto.
Después recibir animosamente al vehículo, y al finalizar la interpretación de la Filarmónica 5 de mayo y la Banda de música de la Secretaría de Seguridad del Estado de Puebla, el público aprovecho para tomarse una foto junto al tren, tocar su campana y silbato, y recorrer su vagón de primera clase, que conserva el encanto que cautivó a generaciones pasadas.
Fue así como concluyó la decimotercera edición de Sinfonía Vapor, uno de los eventos culturales favoritos de los poblanos y que se ha convertido en toda una tradición en el estado.
No Comment