Por: Redacción/
El Senado de la República se preocupa y ocupa por la generación de leyes a través del trabajo y debate legislativo, pero también por ser un espacio en donde se tenga la oportunidad de admirar y apreciar exposiciones artísticas, aseguró el senador el senador Daniel Gabriel Ávila Ruiz, al inaugurar la Exposición pictórica “Los Brujos”, del artista plástico Max Sanz.
Quizá todos, dijo, esperan ver en las obras que presenta este joven pintor de origen oaxaqueño, a esos seres que el artista Francisco de Goya toca en dos momentos: “Los caprichos” y “Pinturas negras”, pero afortunadamente nos encontramos con obras de colores vibrantes y personajes recurrentes.
“Y es justo en esos colores y personajes en donde denotamos la conexión con la pintura oaxaqueña siempre tan colorida y con características propias, pero al igual, ese colorido artístico lo encontramos también en nuestra cultura mexicana”, destacó el senador del PAN.
Este arte retoma la concepción del término nahuali, náhual, usado para designar dos significados: el primero se refiere a esa suerte de tener un álter ego animal que se encuentra estrechamente unido al destino humano, y el segundo significado, es el ser que tiene la capacidad de cambiar de forma a voluntad y que, al pasar del tiempo, también llamaron brujo.
Brujo es un vocablo del viejo mundo usado para nombrar a una persona que por sus prácticas y conocimientos ocasionaba circunstancias sobrenaturales y a quienes se les atribuye un pacto con el diablo y el poder de dañar a otras personas, explicó el legislador.
Max Sanz, aclaró el senador del PAN, va más allá de esos conceptos y en sus obras muestra a estos seres, a través de sus personajes, con colores vibrantes, sabios, mágicos, libres, que curan, que conservan su mentalidad infantil o ingenua y que no temen caer en las redes de la malignidad, pero inmersos en ese color negro, que traslada a nuestra caótica realidad actual.
Como curador de arte, Ricardo Camacho dijo que en el caso del artista Max Sanz, sus personajes y colores hablan de su personalidad, de lo que siente y de lo que quiere que sientan y perciban los demás a través de su vista y a entregarse a los sentimientos que trata de comunicar, en un mundo de elefantes y calaveras, y de todo lo que para él significa expresar su espíritu.
En estas exposiciones –agregó– tenemos la oportunidad de decir lo que significa el artista, no solo a través de las palabras sino a través de los colores.
El autor de las obras, Max Sanz expresó que su propuesta se enmarca en el arte oaxaqueño, en la corriente artística que ha desarrollado Rufino Tamayo y Toledo, y recalcó que la propuesta surgió de la inquietud de hacer que lo negro (el color negro) tuviera un significado, pues el negro y blanco son la ausencia de color.
La obra que me inspira, dijo, es de Francisco de Goya en el Museo del Prado, en Madrid, en donde unos grupos se llevan a una persona, y en la que aborda lo coloquial que México tiene, y forma parte de un imaginario colectivo que en el siglo XXI sigue existiendo pero con otra connotación.
Max Sánchez López (nombre verdadero), nació un 24 de abril de 1992 en una comunidad de la sierra norte de Oaxaca. Ha expuesto de manera individual desde 2010, en Oaxaca, Ciudad de México, Veracruz y Puebla; así como en Estados Unidos, China, España y París.
Ha recibido diversos reconocimientos por la Secretaría de Cultura de Oaxaca, por el Congreso de la Unión, de la Cámara de Diputados, de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y del Museo Torre Bicentenario.
Asistió el senador Ernesto Ruffo Appel, y la exposición, integrada por pinturas al óleo en tela, estará montada en el Patio del Federalismo, del 18 al 22 de junio.
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