Por: Redacción
Inspirada por la vida y con el blues circulando por sus venas, Betsy Pecanins se renovó y reafirmó su amor por el blues la noche anterior en el Teatro de la Ciudad “Esperanza Iris”, recinto del Sistema de Teatros de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, donde presentó una nueva versión de su espectáculo Ave Phoenix, acompañada de sus amigos de toda la vida.
“Resignifiqué mi vida y aquí estoy con Ave Phenix, es una historia que escribí; fragmento de un texto que hice con muchísima pena, pues sentía que no podía yo escribir, pero llegó Frino y le dio un toque bellísimo y poético a esta canción”, compartió Betsy Pecanins al presentar al público la pieza homónima de su espectáculo.
Con esta nueva edición de su espectáculo Ave Phoenix, que el año pasado llegó al recinto de Donceles con destacadas cantantes como Iraida Noriega, Verónica Ituarte y Regina Orozco, Betsy Pecanins resurgió acompañada en esta ocasión por cuatro grandes amigos: Jaime López, Guillermo Briseño, Rafael Mendoza y Jesús Antonio Rodríguez Frino.
Como aquella ave mitológica que resurge de entre las cenizas, Betsy Pecanins mostró al público los resultados de su supervivencia artística a través “raps” y susurros que potencializaron su espíritu blusero hasta inundar el Coloso de Donceles al ritmo de rock, hip hop y música electrónica.
El primer invitado de la noche fue Jaime López, quien acompañado de su armónica apeló a un penetrante juego de voz que cautivó al público asistente con la interpretación de “Hechicera” y “Chilanga Banda”, sonido que dibujó las montañas de Phoenix, Arizona, lugar donde nació Pecanins.
La interprete, que en diversos momentos estuvo acompañada de la potencia vocal de Natalia, Nayeli y Elena, estudiantes de la Escuela de Música del Rock a la Palabra, compartió con el público algunas anécdotas con su padre norteamericano a quien dedicó una pieza y recordó sus incesantes viajes.
Después de interpretar “María” con sólo las palmas de sus compañeras vocales, así como de la chellista Mónica del Águila y las percusiones de Héctor Aguilar, Betsy emanó un ambiente seductor al interpretar “Obsesión”:
“Tras de ti como sombra / Voy por ti sigilosa / Es por ti que mi boca / Con tu nombre nombra una obsesión”, se escuchó durante el coro de esta pieza compuesta por Rafael Mendoza, quien enseguida subió al escenario.
Iluminada por un tono azul claro, Betsy Pecanins interpretó “Agua dulce”, de Rocío Carrillo, quien estuvo a cargo del diseño de luces del espectáculo.
Con el verso “Ayotzinapa es personal” de “Ya me cansé”, pieza compuesta con la ayuda de Frino, Betsy Pecanins recordó —acompañada de su tercer invitado especial—, a las madres de los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala, Guerrero, el 26 de Septiembre de 2014.
Después de “Todo por servir” tocó el turno de subir al escenario a Guillermo Briseño, director de la Escuela de Música del Rock a la Palabra, quien regaló un texto a la cantante e interpretó “Encontrar”, acompañado de sus jóvenes estudiantes, a quienes Betsy Pecanins consideró como las “sirenas” de la institución.
Para finalizar la velada, el blues se derramó del escenario con la interpretación de “Sexy a los 60” y “La Muerte chiquita”, temas icónicos de la artista llegada a México con sólo 14 años de edad, que arrebataron al público un cálido aplauso que hizo retornar a Pecanins al escenario para brindar una pieza de regalo.
Durante el concierto, producido por Arturo Mendoza, la cantante estuvo acompañada de la chellista Mónica del Águila, el bajista Alfonso Rosas, el percusionista Héctor Aguilar y los guitarristas Jorge García Montemayor y Felipe Souza (guitarra eléctrica).
Pecanins estuvo alejada del medio musical debido a que hace cuatro años le diagnosticaron una disfonía espasmódica, enfermedad que dificulta el habla a causa de espasmos musculares que producen una voz ronca o entrecortada y periodos de afonía, lo que le hizo permanecer fuera de los escenarios hasta el año pasado que retomó su trayectoria artística con la primera versión de Ave Phoenix.
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