Por: MUGS / Redacción

Sin duda, la versión en ballet que realiza la Compañía Nacional de Danza de la comedia Sueño de una noche de verano, de William Shakespeare, se ha convertido en una de las favoritas del público.

Y es que las funciones de la temporada en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes este 25 y 29 de octubre, y el 3, 5 y 8 de noviembre, se encuentran agotadas desde hace tres semanas.

Algunas personas tuvieron oportunidad de asistir al ensayo general que se llevó a cabo el jueves 22 de octubre para disfrutar de la versión coreográfica de James Kelly, con música de Felix Mendelssohn.

Aunque la historia podría resultar confusa por las conexiones que existen en la obra original de Shakespeare, la comedia cuenta las aventuras de cuatro enamorados (Helena, Lizandro, Hermina y Demetrio) que  se internan de noche en un bosque encantado donde viven hadas y duendes, quienes los convierten en víctimas de sus hechizos.

La puesta en escena destaca desde la escenografía e iluminación, diseñada por Juliana Faesler y Erika Gómez, en la que se observa un bosque tridimensional en un tono blanco que permite al público trasladarse a una atmósfera fantástica y onírica.

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El vestuario, a cargo de Sara Salomón, también llama la atención por ser arriesgado, poco convencional y con una estética moderna que no trata de hacer alusión a la época en la que se ubica la trama.

En cuanto a la coreografía de este relato de enredos desarrollado entre el mundo de los mortales y el de las hadas, se ofrece un concepto visual contemporáneo, a pesar de integrarse por movimientos del ballet tradicional.

Los cuadros dancísticos a cargo del cuerpo de baile se vuelven dinámicos y majestuosos, debido a la precisión y los recursos histriónicos empleados por los ejecutantes.

Los primeros bailarines de la compañía tienen la oportunidad de lucir su dominio técnico en una serie de pas de deux que sorprenden por la cantidad de cargadas, giros y fouettés.

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Es el caso de Érick Rodríguez, en el papel de Oberón; Mayuko Nihei como Titania, Rodrigo como Puck, Argenis Montalvo en el papel de Lisandro y Ana Elisa Mena como Helena.

Los más intensos están a cargo de Antón Joroshmanon (Demetrio) y Elisa Ramos (Hermia), quienes muestran una química y sensibilidad que se traduce en sus desplazamientos apasionados y fuertes, y en su vestuario rojo.

Es así como el amor y el desamor, la muerte y la envidia, los sueños y realidades, se trasladan a un lenguaje dancístico clásico y neoclásico que conecta de inmediato con los espectadores.

En esta ocasión la temporada de la Compañía Nacional de Danza estará dedicada a la memoria de Jorge Cano (1932-2015), destacado bailarín, coreógrafo y maestro fallecido el pasado 18 de septiembre.

La primera función de Sueño de una noche de verano, programada para el 25 de octubre a las 17:00 horas, será transmitida vía streaming en el sitio www.livestream.com/inba, y con la finalidad de que el público no se quede sin verla, se proyectará en pantalla gigante colocada en el corredor Ángela Peralta, a un costado del Palacio de Bellas Artes.