- Era de madrugada cuando se escuchó la primera explosión en uno de los pueblos de Tlalnepantla la cual despertó a gran parte de las personas del Estado de México, pues el sonido del estruendo fue tan fuerte que se escuchó a kilómetros a la redonda.
Por: Nilda Olvera/
Era de madrugada cuando se escuchó la primera explosión en uno de los pueblos de Tlalnepantla la cual despertó a gran parte de las personas del Estado de México, pues el sonido del estruendo fue tan fuerte que se escuchó a kilómetros a la redonda. Minutos antes muchos de los ciudadanos que se encontraban durmiendo dentro de sus hogares construidos con techos de láminas o cartones, no se imaginaron que sus sospechas del olor a gas que percibieron la noche anterior sería un aviso del infierno que se desató hace 36 años.
Aquel lunes transcurría todo con normalidad en San Juanico, algunos se prepararon para sus jornadas laborales, madres salieron para adquirir leche y otros ya se hallaban entre las calles cuando una inmensa luz los sorprendió y el calor invadió en cada esquina que pudo. Desconcertados buscaron el origen de ese acontecimiento pero lo que vieron fue una llama de 600 metros de altura que se extendía rápidamente.
Gritos y gente corriendo en distintas direcciones con los niños en los brazos fue el nuevo paisaje que admirar, ya que cuando se despertaron nadie sabía a donde se tenían que dirigir, puesto que un evento así no se había registrado nunca. Sin embargo, apenas cinco minutos después de las 5:45 de la mañana, hora en que se registró la primera detonación le siguió otra con más fuerza.
San Juanico o San Juan Ixhuatepec es un pueblo que conforma la zona oriente de Tlalnepantla, en el Estado de México y el cual colinda con Ecatepec, Morelos. Cuando en 1984 fue protagonista del hecho que devastó a gran parte de su población, la localidad era marginada y no contaba con protección civil ni bomberos en la zona.
Cabe señalar que ésta tuvo lugar por la falla en los sistemas de almacenamiento de gas en las instalaciones de Petróleos Mexicanos (Pemex), empresa estatal productora, transportista, refinadora y comercializadora de petróleo y gas natural en México. Que se creó luego de que el 18 de marzo de 1938 el ex presidente Lázaro Cárdenas del Río, expidió el decreto de la Expropiación Petrolera, el cual consistió en la apropiación legal del petróleo que explotaban 17 compañías extranjeras.
Asimismo, de la maquinaria, edificios, refinerías, embarcaciones muebles e inmuebles por mencionar algunos, en la que el estado tendría control total sobre la producción y comercialización del oro negro en el mar y tierra del territorio mexicano. Lo que generó que el siete de junio de 1938 la Compañía Petróleos de México (Petromex), se transformara formalmente en Pemex.
El registro oficial señaló que ésta era una terminal con gases licuados de petróleo, butano y propano y que todo ocurrió porque una tubería de 20 centímetros de diámetro que transportaba gas LP se rompió. Y que en un aproximado de 10 minutos la fuga de gas era tan grande que provocó que se formara una nube inflamable que estalló a causa de una chispa.
Ésta se construyó en la década de los 60 en San Juanico con la condición de que en torno a ella no se fabricaran casas a menos de 300 metros. Pero debido al crecimiento demográfico al pasar de los años las residencias invadieron la zona de seguridad y se ubicaron cerca de los tanques.
Aquel día hubo 11 explosiones, cada una más fuerte que la anterior, en la que testigos indicaron que debido a la intensidad de los eventos creyeron que el causante de esto era un terremoto, la caída de un avión, una bomba o la detonación de un tanque de gas.
El estallido arrasó con más de 600 casas, la lumbre acabó con una extensión de un kilómetro del antiguo San Juanico sin dejar nada más que los individuos con quemaduras de tercer grado, cuerpos calcinados y las huellas de los pies marcadas con sangre o la piel que se impregnó por lo caliente que se quedó el piso.
Los tanques o salchichas como se les denominaron por su forma salieron disparados convertidos en proyectiles a causa de la intensidad de la fuerza, los cuales se estrellaron y destruyeron los diversos inmuebles, porque éstos pesaban más de 300 toneladas.
A esto se le agregó la lluvia de fuego que cuando las víctimas entraron en contacto con ella murieron al instante o al poco rato. Dicha acción se procreó porque en el suceso el licuado del petróleo era inflamable y líquido.
Debido a las temperaturas tan altas que se dieron, muchos se vieron afectados dado que las puertas se trabaron, lo que produjo que los que quedaron adentro sucumbieran por la humareda.
Antes de las 12 de la tarde se evacuaron 60 mil pobladores y cientos de bomberos llevaron la labor de intentar apagar el fuego. Las moradas deshabitadas se utilizaron como refugios para atender a los heridos y en el Instituto Politécnico Nacional (IPN). En la Basílica de Guadalupe e Indios Verdes se establecieron campamentos provisionales, en donde se colocaron carteles con los datos de las personas.
Los hospitales atendieron a casi 7 mil personas, en las que más de 2 mil estuvieron internados 48 horas, gran parte de los lesionados recibieron trasplantes de piel por la gravedad de sus heridas. A las nueve de la noche la lumbre se controló y horas después se apagó.
Al siguiente día el aire estuvo cargado de un gran y fuerte olor, al inicio se temió de que este se tratara de otra fuga de gas, sin embargo era el de los cuerpos calcinados de todas las edades. Según informes oficiales 500 personas murieron y mil sufrieron lesiones graves, pero se cree que las cifras de los decesos son aún más altas
Igualmente en el Panteón Municipal Caracoles se abrió una fosa común donde se sepultaron los cadáveres en ataúdes blancos y sólo a unos pocos se les identificaron.
Ante un comienzo de los hechos Pemex comunicó en un anuncio de prensa que el fuego había venido de una zona vecina, porque hubo un registro de que la operación de la planta era adecuada, no fue hasta mediados de diciembre que aceptó la responsabilidad en la que indicó que efectivamente hubo un estallido a consecuencia de una fuga de gas, que hizo combustión en el quemador de la planta y que produjo las explosiones de los tanques, a la vez se comprometió en otorgar indemnizaciones a las víctimas.
Actualmente en el lugar donde se encontraba la terminal de Pemex está el Parque Francisco Gabilondo Soler (Cri-Cri), incluso en la zona que más se afectó por la explosión se creó el Parque Miguel Hidalgo (Parque de los Muertos). Se establecieron un mes después del aviso que dio el ex titular Francisco Labastida de la antigua Secretaría de Energía, Minas e Industria Paraestatal (Semip) sobre que no iba haber una reconstrucción de la planta de Pemex sino un parque público.
Debido a las seis gaseras que aún quedan en San Juanico sus pobladores desean que se quiten, pero en distintas ocasiones Pemex se ha negado, aludiendo que estas son fuentes de empleo. No obstante, a pesar de que ya cuentan con rutas de evacuación alegan que estas siempre están bloqueadas por diversos vehículos. A la fecha los recuerdos de lo que sucedió hace 36 años no lo olvidan sus habitantes, quienes aún llevan en la mente olor a gas.
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