Por: Redacción
El fotógrafo colombiano Leo Matiz vivió en México de 1941 a 1947, periodo que le sirvió para agudizar su visión para la fotografía, y relacionarse con la comunidad artística e intelectual, la cual influyó directamente en su trabajo. Parte de este periodo de creatividad exhibe en sus salas el Antiguo Colegio de San Ildefonso.
La muestra fotográfica Leo Matiz, el muralista de la lente. A cien años de su natalicio, deja ver enfoques en contrapicada, perfiles y rostros vigorosos, así como composiciones con gracia y equilibrio. Se integra de 81 piezas entre fotografías, documentos, caricaturas y publicaciones.
El montaje con la curaduría de Ery Camara, coordinador de exposiciones del recinto museístico, plantea que los visitantes descubran o redescubran el paso del reconocido artista por México.
“En la exposición se observa el oficio de un fotógrafo apasionado por México, quien supo aprender del país un estilo, el cual coincidió con la época de oro del cine mexicano y el éxito internacional de Gabriel Figueroa. Llegó al país en 1941, colaboró con los muralistas de múltiples maneras y su fotografía participó en el vocabulario de lo que es la estética del mural”.
El colaborador del museo aseguró que a mediados de la década de los cuarenta, casi todo México había pasado por el lente de Leo Matiz. “Las personas le buscaba por agradable, simpático, y por ser un buen profesional. Él cumplió una función que hoy a distancia apreciamos”.
Ery Camara añadió que los antecedentes de Leo Matiz como pintor, dibujante y caricaturista enriquecieron su trabajo como fotógrafo al hacer mezclas y fusiones, lo que le dio una riqueza a su lenguaje, vocabulario y experiencia.
Leo Matiz: el muralista de la lente, se integra de cinco apartados: El oficio del reportero, México en la mirada de Leo matiz, El entorno intelectual y artístico en el México de Leo Matiz, Leo Matiz se despide de México y José Clemente Orozco y Leo Matiz.
“Se ha querido mostrar a México desde la lente de Leo Matiz, quien decía que no había país que le haya gustado en la vida después de recorrer todos las naciones del planeta, que México”.
Comentó que Matiz salió de Colombia con dirección a la nación azteca en 1940, tardando casi dos años en arribar. “Llegó inspirado e influido por la mirada de Gabriel Figueroa, quien colaboró en el filme Allá en el rancho grande. Al ver los paisajes que aparecen se dijo: ese es mi destino”.
La muestra abre con una pieza considerada icónica del artista, El pavo real del mar, donde una red de pesca se alza en el cielo consiguiendo una composición y un instante de esos que parece detenerse en el tiempo.
Explicó que Matiz se forjó un vocabulario propio, por ello se pueden ver fotografías de figuras humanas como un niño o una persona mayor en contrapicada. “En lugar de tomar la imagen parado para que salga la toma vertical, se agacha y la toma en escorzo. El resultado es una foto en la que se prolonga la figura del niño y se ve como un gigante”.
Indicó que el denominado ángulo Leo Matiz fue un precedente en la disciplina que propicia que la imagen se vuelva interesante, y elocuente, y agregó que bajo su lente quedaron registrados memorables retratos de María Félix, José Clemente Orozco, Agustín Lara, Frida Kahlo, Jorge Negrete, Gabriel Figueroa, Miguel Covarrubias, Diego Rivera y Joaquín Pardavé.
“Se puede ver a David Alfaro Siqueiros en un momento de descanso, a Diego Rivera mientras pinta un mural en Palacio Nacional, con mirada fresca exhibiendo a un ser natural, el rostro altivo de Frida Kahlo mirando al cielo, a los hermanos Soler en pose de disco musical, lo que ayuda a recordar una época”, puntualizó el curador originario de Senegal.
El apartado que se destaca en la muestra es José Clemente Orozco y Leo Matiz, quienes compartieron afinidades debido a su formación como caricaturistas y dibujantes.
“Durante su estancia en México, Leo Matiz forjó una gran amistad con el muralista mexicano, logrando retratar el lado humano y sonriente del pintor. Lo interesante de la propuesta de Matiz, es que Orozco es integrado a su pintura. También se ve un retrato junto al autorretrato pintado por el maestro.
“También se ve al Orozco sonriente, concentrado, preparando sus pigmentos, leyendo el periódico, o pasando el tiempo con uno de sus hijos”.
La exposición cierra con una secuencia “sublime” en la que Matiz retrata el nacimiento del Paricutín, y logra capturar este suceso de forma poética gracias al contraste. “Con esta pieza Leo Matiz mostró ser un visionario”, concluyó el curador.
Leo Matiz: El muralista de la lente, exhibición que se enmarca en el Año Dual México-Colombia, estará abierta hasta el domingo 17 de septiembre en el Antiguo Colegio de San Ildefonso, ubicado en Justo Sierra 16, Centro Histórico. Horario: martes de 10:00 a 20:00 horas. Miércoles a domingo de 10:00 a 18:00 horas. Admisión general: $50. Los martes la entrada es libre.
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