Por: Redacción
Un total de 110 obras de 40 artistas que retoman desde su particular punto de vista las ilustraciones de la novela “Los de abajo”, de Mariano Azuela (1873-1952), integran la exposición que a partir de mañana abre sus puertas en el Salón de la Plástica Mexicana.
La muestra rinde un homenaje en el primer centenario del texto cuyo argumento se desarrolla en el contexto de la Revolución Mexicana y tiene como tema principal el desvanecimiento de los principales ideales del movimiento armando de 1910.
“La idea fue retomar las imágenes de la obra literaria y junto con la familia Azuela presentamos un proyecto ambicioso que retoma la literatura con las artes visuales, y que pretendemos recorra diversos recintos”, dijo la directora del espacio cultural, Cecilia Santacruz.
Publicada en 1916, “Los de Abajo” se considera iniciadora de la novela de la Revolución Mexicana. Por ese motivo, el recinto situado en la colonia Roma exhibe la obra de artistas miembros de ese espacio con piezas alusivas a la novela, así como reproducciones de las ilustraciones y grabados de la época vinculadas al texto y elaborados por el Taller de Gráfica Popular.
La exhibición presenta además, ediciones de la propia novela de diferentes periodos entre las que destacan la de la Colección Imagen, 2 de Ediciones Biblos con ilustraciones de Gabriel García Maroto; la de la colección Biblioteca Popular de Ediciones del Gobierno de Veracruz y la traducción al inglés The Underdogs, con ilustraciones de José Clemente Orozco.
También se incluyó un fragmento del mural del Teatro de los Insurgentes, en el que Diego Rivera incorporó parte de la obra de Azuela como testimonio, y piezas de Aurora Reyes, Sarah Jiménez, Arturo García Bustos, Adolfo Mexiac, Fanny Rabel, Federico Cantú, entre otros, todas ellas, creadas ex profeso para la exhibición.
“Nos interesa llevar la literatura e imágenes a diferentes espacios, no queremos que este quede aquí, se trata de algo ambicioso, incluso tenemos la idea de incorporar las marionetas de Rosete Aranda a la muestra en algunos estados y sedes”, agregó Santacruz.
Detalló que la novela tiene muchas lecturas, una visión auténtica y agregó que desde un principio la obra no pretendía ser literaria, sino crear un testimonio de lo que sucedió, de la vida cotidiana, de lo que vivió Mariano Azuela.
El valor del texto radica en su veracidad histórica, el estilo, el lenguaje realista, la observación que despliega, la sugerencia de sus imágenes y descripciones, el dibujo de las costumbres y sobre todo, la verdad psicológica de sus personajes y la evolución del proceso revolucionaria que describe, que va desde la pujanza y entusiasmo, hasta la duda, la desconfianza, la decepciones y el pesimismo finales, cuando son traicionados los ideales de la lucha armada.
De esta manera, refleja los cambios sociopolíticos ocurridos en el México de aquella época, por lo que su mayor mérito es haber ahondado en la psicología del pueblo mexicano.
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