Por: Redacción
Como uno de los baluartes de la escena mexicana de nuestro tiempo, definió Lidia Camacho, directora del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) a José Solé (1929-2017) en el emotivo homenaje ‘Una vida en el escenario’, que se le rindió al actor, director, maestro, funcionario y promotor teatral este 27 de marzo.
La celebración del Día Mundial del Teatro sirvió en México para recordar a este creador que entregó su vida a su vocación y para quien el teatro era como el toreo, pues José Solé señalaba que “hay que saber torear todos los toros: si el toro es teatro comercial, hay que hacerlo comercial, si se trata de una obra clásica, hay que darle todo el clasicismo, si es de tesis hay que darle toda la profundidad de una tesis. Lo que quiero decir es que como en los toros, hay que torear al que salga”.
En el Teatro Julio Castillo, donde se dio cita la comunidad teatral y artística para celebrar la vida y obra de José Solé, la directora del INBA apuntó que para él, “su trabajo fue un juego que le sirvió para conmovernos, para revelarnos la esencia del espíritu humano”.
Añadió que el artista “cultivó todos los géneros, lo mismo el teatro clásico griego que el español de los Siglos de Oro, la ópera al igual que la dramaturgia mexicana, sin dejar de lado la comedia musical: todo era una posibilidad de reflejar el mundo y una oportunidad para reconocernos en el escenario”.
Por ello, dijo, fue un entrañable creador, que destacó por sus imágenes dramáticas y que ocupó todos los espacios de la actividad escénica porque en todos fue necesario y a veces indispensable, por lo que era considerado la “autoridad del teatro”.
Alumno, maestro y director de la Escuela de Arte Teatral, coordinador Nacional de Teatro, miembro fundador de la Compañía Nacional de Teatro y del Centro de Investigación, Documentación e Información teatral Rodolfo Usigli, todos espacios donde dejó la huella de su talento y creatividad.
Lidia Camacho aseguró que las más de 90 puestas en escena de José Solé que engalanaron los escenarios de México durante seis décadas, hacen de él un ejemplo e inspiración para las nuevas generaciones del arte escénico.
Por su parte, la actriz Lilia Aragón, quien leyó un fragmento de Los Argonautas de Sergio Magaña, obra en la que fue dirigida por Solé con un reparto en el que también estuvieron Héctor Bonilla, Claudio Obregón y Patricio Castillo, entre otros, recordó al director y amigo como un ser lúdico y mágico, tan emocionante como es el teatro.
El también actor Ignacio López Tarso, hizo lo propio con un fragmento de Hipólito de Eurípides, montaje con el cual surgió el Centro Cultural Helénico. “Es muy grato recordar a Pepe Solé”, actor, director y maestro, con quien además actuó en otros montajes como 12 hombres en pugna.
Óscar Narváez, miembro de la Compañía Nacional de Teatro, destacó la importancia de la presencia de Solé en el mundo teatral, desde su primer puesta en escena, Antígona de 1960 y quien señalaba que el teatro se debía hacer con los siete sentidos: los cinco normales, más el sentido común y el sentido del humor.
Finalmente, Sofía Zetina, nieta del aclamado director, compartió con el público algunas anécdotas familiares, como el hecho de que la primera puesta en escena de José Solé la hizo a los ocho años con títeres que compró luego de ganarse la lotería y que la idea del teatro le vino a los 17 años, después de ver Cyrano de Bergerac, con la cual se enamoró de la profesión.
Muchos fueron los reconocimientos que José Solé recibió en vida, entre los cuales destacan la Medalla Bellas Artes y el Premio Nacional de Ciencias y Artes en 2008.
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