Por: Redacción/
Alrededor de 800 casas editoriales reúne la XVIII Feria Internacional del Libro en el Zócalo 2018 (FIL Zócalo), que desde el viernes 12 y hasta el 21 de octubre tendrá como lema “Derechos y libertades” y a las Letras del Caribe como invitadas de honor, celebró el Jefe de Gobierno, José Ramón Amieva Gálvez, en la inauguración que se realizó en el Foro Movimiento de 1968.
Acompañado por Eduardo Vázquez Martín, titular de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México (SCCDMX) —organizadora del encuentro en colaboración con instancias federales, asociaciones, instituciones educativas, editoriales independientes y la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (CANIEM) —, el mandatario capitalino destacó que se trata de una fiesta inclusiva y abierta para todo aquel que quiera acercarse a los libros.
“Toda la infraestructura editorial se encuentra en el Zócalo, un piso parejo para que todas y todos puedan mostrar la riqueza editorial que vienen a presentar durante los diez días de la feria”, señaló Amieva Gálvez del encuentro que se complementa con presentaciones de libros, conferencias, charlas, actividades multidisciplinarias y escénicas, mesas de diálogo, talleres y conciertos.
Como parte de las acciones para ejercer de manera democrática el derecho al acceso a la cultura, el Jefe de Gobierno consideró que la feria del libro cumple como un medio de acercamiento, difusión y conocimiento, pero también se convierte en una estancia facilitadora y replicadora para que todos los que colaboran y participan puedan transmitir su mensaje al público.
Llega FIL Zócalo a su mayoría de edad
“Esta feria llega a sus 18 años, a su mayoría de edad, y creo que ha crecido bien, se ha robustecido como un espacio fundamental para acercar el libro a la comunidad y a los ciudadanos…. Entrada en su madurez, tendrá que seguir creciendo como ha aprendido en su adolescencia: siendo diversa, plural e incluyente”, expresó el Secretario de Cultura local, Eduardo Vázquez Martín.
Ante la carencia de librerías que dificulta el contacto entre el lector y el libro, problema que el país tiene que resolver, el funcionario capitalino consideró que México se ha convertido en especialista en ferias.
De la Feria Internacional del Libro en el Zócalo, destacó su acceso gratuito, estar en una plaza pública y es la más barata para los expositores donde están las grandes editoriales, pero también las pequeñas editoriales y emergentes.
“El Gobierno de la CDMX participa proponiendo ciertos guiones, invitaciones y curando una parte, pero lo más importante es que se realiza de manera colaborativa y participativa donde se escuchan las voces de la Asociación de Escritores de México, la Brigada para Leer en Libertad, la Academia Mexicana de la Lengua, el Fondo de Cultura Económica y la Universidad Nacional Autónoma de México, entre otros”, agregó.
Respecto al lema “Derechos y libertades” que congrega todas las actividades de la FIL, comentó que se pone en el centro al libro para reflexionar sobre los derechos humanos, culturales, de las mujeres, ambientales, indígenas, de la diversidad sexual, de género, de la libertad de expresión y manifestación, y que otro tema central es la conmemoración de los 50 años del Movimiento Estudiantil de 1968.
En el marco del encuentro, anunció, se realizará la entrega del Premio Internacional CGLU–Ciudad de México–Cultura 21 y el Seminario Internacional “Los derechos culturales y la paz en la ciudad” —organizado por el Gobierno capitalino y Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU) del 18 al 20 de octubre—, donde se escucharán voces de África, Europa y Centroamérica que viven situaciones de violencia y migraciones.
Autores del Caribe
La poeta y novelista cubana Wendy Guerra habló en representación de las Letras del Caribe, región invitada que contará con la representación de 21 autores de diversos países entre los que destacan la poeta y performer Regina José Galindo (Guatemala); el escritor y defensor de los derechos humanos Quince Duncan (Costa Rica); el poeta y novelista Giuseppe Caputo (Colombia) y el poeta León Félix Batista, entre otros.
En su participación, denunció que en su país la mayoría de las mujeres no conocen el verdadero sentido de la palabra abuso. “No conocemos nuestros derechos, la falta de información y el aislamiento en un país dirigido por hombres, nos condena a una postura machista leninista que parece ser interminable”.
Como otros autores censurados de la literatura cubana de las últimas décadas y la propia Dulce María Loynaz, Premio Cervantes 1992, manifestó, ella está condenada al exilio. “En la isla no puedo editar, no me entrevistan en televisión, no se anuncian mis lanzamientos en más de 19 lenguas o mis reconocimientos en cualquier latitud… Soy un fantasma en mi ciudad (La Habana)”.
En ese sentido, consideró que las obras literarias críticas de Cuba son las verdaderas memorias de su desarrollo, pues asumen el archivo histórico emergente, la noticia que no está en los periódicos, el argumento de las películas prohibidas. “El ensayo, la poesía, el cuento y la novela son el documento humano que nos narrará para el futuro”.
Compartió que los cubanos de su generación junto a sus seres queridos se dividen entre los que esperan un cambio y resisten, y los que deciden irse lejos. Los que se quedan como ella, dijo, buscan “el debate, las preguntas y sobre todo las respuestas para hallar un punto de giro histórico que hasta hoy no somos capaces de compulsar”.
“Bajo el dogma de homologar decimos que si ya está hecha la revolución, no hay nada más que revolucionar. Dentro de la revolución, todo; fuera de la revolución, nada. Con una sola opción de partido y una sola opinión inamovible sobre proyectos de renovación y cambio”, opinó.
Por ello agradeció a México por acoger a tantos artistas, intelectuales y profesionales cubanos, y recordó lo que le dijo Gabriel García Márquez cuando en sus años como estudiante le preguntó con curiosidad por qué había decidido vivir en nuestro país: “México te deja ser persona, te permite ser personaje y no te pide nada a cambio, no te pregunta dónde ni por qué. No hay más remedio que vivir queriéndolo, cantándole como se canta un buen bolero”.
La programación rinde homenaje a diversas personalidades literarias del Caribe, entre ellas, los poetas Aimé Césaire (Basse-Pointe, 1913-2018), figura fundamental de la poesía moderna; José Lezama Lima (La Habana, 1912-1976), exponente del boom de la literatura hispanoamericana y se recordará a los Premios Nobel de Literatura en 1960 y 1992, Alexis Saint Léger (Pointe-à-Pitre, Guadalupe, 1887-1975), conocido como Saint-John Perse y DerekWalcott (Isla de Santa Lucía, 1930-2017), respectivamente.
Reconocen a ganadores de premios
Durante el acto inaugural, el reconocimiento al VIII Premio al Mérito Cultural “Carlos Monsiváis” 2018 fue entregado a los promotores culturales Arisbe Karina Cedillo Rentería (integrante del Cine Club Meztli, Milpa Alta) y a Roberto Vázquez Montoya (del Colectivo Utopía Urbana, de Iztacalco), así como al Colectivo Cultural Cananea, de Tláhuac, en manos de Beatriz Sánchez Monsiváis, secretaria de la Asociación Cultural El Estanquillo.
“Carlos Monsiváis defendía muchas de las causas que privilegia esta fiesta; las libertades para él eran importantísimas y también escribió mucho sobre el Movimiento Estudiantil del 68, pero también defendía la difusión y la promoción cultural; por ello, felicito a los premiados por su labor; es muy importante para la ciudad que se difunda la cultura y nos da gusto que este premio se continúe entregando en este encuentro”, expresó Beatriz Sánchez Monsiváis.
De manos de María Fernanda Olvera Cabrera, Directora General del Instituto de la Juventud de la CDMX, Fredy Israel Villanueva Martínez recibió su reconocimiento por el V Premio de Poesía Joven “Alejandro Aura”, otorgado por su poemario William, y el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, José Ramón Amieva, hizo entrega del XI Premio Iberoamericano de Novela “Elena Poniatowska” 2018 a David Toscana.
A manera de agradecimiento, el autor de Olegaroy —novela laureada—, resaltó la relación entre la etimología de las palabra libros y libertad, que en latín hace referencia a la corteza del árbol para el papel, y pidió al público, de manera metafórica, acercarse a la diversidad editorial que ofrece este encuentro con la mirada de quien se alimenta y enriquece.
“Podemos hacer una relación entre los libros y los árboles, entonces vale la pena hacer una analogía entre esta Feria Internacional del Libro y un bosque, casi como un jardín botánico que tiene todas las variedades que nos podamos imaginar, algunas cosas más bellas que otras”, expresó Toscana.
Y agregó con humor: “Otras más peligrosas, algunos árboles que quizá sólo sirvan para hacer leña, pero otros que sirven para treparse a ellos y ver el mundo; hongos venenoso, pero también alucinógenos, y nosotros como exploradores debemos pasar por este maravilloso bosque y empezar a cortar estos frutos que nos pueden enriquecer la vida”.
A la inauguración también asistieron Jorge Salvador Gutiérrez Vázquez, Subsecretario de Diversidad Cultural y Fomento a la Lectura, en representación de la Secretaría de Cultura del Gobierno de la República; José María Castro Mussot, Vicepresidente de la CANIEM; Paloma Saiz Tejero, de la Brigada para Leer en Libertad; Mariana Rodríguez, Presidenta de la Asociación de Escritores de México; Felipe Garrido, Director Adjunto de la Academia Mexicana de la Lengua, y el político Alfonso Suárez del Real.
La XVIII Feria Internacional del Libro en el Zócalo de la Ciudad de México 2018 se realizará del 12 al 21 de octubre en la Plaza de la Constitución. Para mayor información consulte http://www.filzocalo.cdmx.gob.mx/, siga los hashtags #FILZócalo2018, #DerechosYLibertades.
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