Por: Redacción/
La recopilación, sin precedente, del proceso histórico que ha influido en el quehacer periodístico actual de México ofrece el libro Con el deseo en la piel. Un episodio de la fotografía documental a fines del siglo XX, de Rebeca Monroy Nasr, destacó la maestra Brenda Verónica Ledezma Pérez.
La egresada del Posgrado en Historia del Arte de la Universidad Nacional Autónoma de México señaló que la tensión y la rabia ocasionadas por la represión del movimiento estudiantil de 1968, se tradujeron en un enorme descontento ante las numerosas injusticias, que quedarían plasmadas en la fotografía documental, diferenciada de la periodística.
Durante la presentación de la obra en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara 2017, la especialista detalló que dicho acontecimiento fue capturado por la lente de Manuel Gutiérrez Paredes, mejor conocido como El mariachito, quien registraría las imágenes por órdenes del entonces secretario de gobernación Luis Echeverría Álvarez.
El libro repara en que la instantánea periodística resultaba de un encargo para un periódico o revista, mientras que los retratistas documentales fotografiaban aspectos de su propio interés con la intención de formar un archivo personal de un momento que ellos identificaban como histórico y suponían que trascendería.
Así, en los archivos personales de Rodrigo Moya y Enrique Bordes Mangel, que datan de las décadas de 1950 y 1960, se visualiza el desarrollo de narrativas propias desde una posición de izquierda.
“Es innegable que las fotografías periodística y documental consistieron en prácticas diferentes debido al uso social dado a cada uno de los productos, además de que los primeros era remunerados y los segundos no”.
En el material editado por la Coordinación de Extensión Universitaria de la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) se rescatan las anécdotas y vivencias de primera mano mediante entrevistas que la autora realizó a todos aquellos quienes atestiguaron ese acontecer.
Para Ledezma Pérez la obra resulta valiosa por ofrecer un panorama del fotoperiodismo y el fotodocumentalismo a partir de la década de los setenta del siglo pasado, época importante para ese ámbito ya que se concretaron espacios educativos, editoriales y expositivos para fotógrafos de distintas vertientes, ya sea testimoniales o con intenciones artísticas.
Al mismo tiempo, es un texto de carácter autobiográfico ya que incluye fotos de la autora quien encontró también en esa plataforma comunicativa el medio idóneo para denunciar un entorno social que por décadas había sido violentado y corrompido por el poder político.
Monroy Nasr arma un precedente visual de los documentalistas mexicanos del último cuarto del siglo XX en personajes disidentes, tales como Nacho López y Héctor García, quienes ejercieron una contracorriente al régimen político del ex presidente de México Miguel Alemán, además fueron mentores de nuevos talentos, entre ellos Elsa Medina y Marco Antonio Cruz.
“Es la recuperación e interpretación crítica de un conjunto de episodios ocurridos en relación con la fotografía documental en México y una revisión histórica de una época mediante la voz de quienes la atestiguaron gracias a las entrevistas que la autora realizó, dejando constancia de ello a partir de elementos orales y visuales”, subrayó.
La académica de la Dirección de Estudios Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) agradeció la colaboración del maestro Francisco Mata Rosas, coordinador general de Difusión de la UAM, pues “él formó parte de nuestra generación desarrollada a la deriva, pero que ahora ocupan un lugar significativo en la palestra contemporánea”.
La experta en historia del arte manifestó que a lo largo de 99 páginas materializa “un largo sueño acariciado por varios años, porque este deseo en la piel surgió desde fines de la década de 1970 y 1980 cuando la cámara fotográfica era el medio para captar escenas de una realidad tangible de la que queríamos dar cuenta”.
“Es un deseo en la piel para poder abonar un poco al universo de las militancias que realizábamos en esos años para poder modificar el mundo, transformar la realidad. Desde la trinchera de las imágenes concebíamos un cambio radical armado sólo con nuestros rollos de plata sobre gelatina con cámaras de 35 milímetros, lentes grandes angulares y un cuarto oscuro”, indicó.
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