Por: Carolina Carrasco
A 107 años del nacimiento de la pintora española, naturalizada mexicana, Remedios Varo, el gigante de internet, Google, homenajea su obra con un doodle en el que emula su estilo surrealista y la estética característica con la que pintaba.
Remedios Varo estudió en la Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, en la que tuvo como profesores a Manuel Benedito y Julio Romero de Torres.
Tras hacer carrera en Nueva York y París, Remedios Varo presentó en 1956 su primera gran exposición individual en la Ciudad de México. A partir de ese momento, su nombre se incluía en uno de los más reconocidos en la industria artística de la década.
De acuerdo con el portal Biografías y Vida, su conciencia narrativa, a menudo recargada de figuras tomadas de los cuentos infantiles, llega en algunas obras a hacerse casi sofocante.
Su obra anterior a la Guerra Civil Española, señala el sitio web, es poco conocida, pero lo que se ha conservado indica la dirección que iba a seguir en los años posteriores: imaginería onírica dentro de los parámetros del surrealismo ortodoxo (que después se haría más libre) e ingenuísimo estilístico.
Son muy célebres sus exploraciones de diminutos mundos fantásticos (con evidentes evocaciones del mundo medieval y de la pintura de El Bosco y Brueghel el Viejo), su gusto por las escenas referidas a la alquimia y sus metamorfosis de la figura femenina, mito primero de la creación simbolizado como fuente natural de belleza y regeneración.
Insomnio, Modelo de traje para vagabundo, La tejedora de Verona, El tejedor, Vampiros vegetarianos, La Batalla, El Flautista y la usada por Google para su homenaje, La llamada, son algunas de sus tantas obras. Poco conocida es su obra escultórica, la cual, elaborada a partir de huesos, espinas de pescado, restos orgánicos, alambres, cuerdas, etc. Presentan en su mayoría apariencias de fósiles fantásticos, esqueleto animal o tótem tribal.
Remedios Varo falleció de un ataque al corazón el 8 de octubre de 1936, dejando a su paso un vasto legado, el cual fue recolectado y donado por su esposo, Walter Gruen, al Museo de Arte Moderno de México en el 2001.
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