Por: Melisa Carrillo Rojas
Un día como hoy pero de 1917, se llevó a cabo en el Teatro de la República (ahora Teatro Iturbide), en el estado de Querétaro, la promulgación de la Constitución de 1917. A pesar de la trascendencia que tuvo este suceso para la vida política del país, actualmente se ha olvidado su alcance y su importancia se ha minimizado.
La trascendencia de este documento se puede rastrear recordando los sucesos políticos que vivía el país durante esos años. Fue el general Venustiano Carranza quien luchó con su Ejército Constitucionalista para reformar y hacer valer la Constitución de 1957. Este cuerpo armado buscaba la implementación de una república federal democrática representativa, la implementación de liberales y la aplicación de las Leyes de Reforma.
El 14 de septiembre de 1916 Venustiano Carranza convocó a un Congreso Constituyente, para reformar la Constitución de 1957 y hacer una realidad las demandas exigidas durante la Revolución.
El nuevo documento fue estructurada por 220 personas, entre delegados y suplentes, compuestos por 62 abogados, 22 oficiales de alto rango, 19 agricultores, 18 profesores, 16 ingenieros, 16 médicos, 14 periodistas, siete contadores, cinco líderes sindicales, cuatro mineros, tres ferrocarrileros, dos farmacéuticos, un actor y 31 representantes de otras profesiones.
Estos personajes coadyuvaron a la constitución del documento, cuyos ejes principales fueron el reconocimiento de los derechos laborales, el derecho a la educación laica, gratuita y obligatoria, la regulación de la propiedad privada de acuerdo a los intereses de la comunidad, y el derecho a la libertad de expresión.
Actualmente de los 136 artículos fundamentados por representantes de la población sólo se han quedado intactos 22. A partir de 1921; cuando se hicieron las primeras modificaciones al documento, la Carta Magna ha sido modificada en 700 ocasiones. Y no sólo esto, alerta la forma en la que con el paso del tiempo aumenta el número de reformas de la que es objeto.
A partir de la llegada a la presidencia de Miguel De la Madrid, se agregaron 486 modificaciones en seis sexenios. Pero aún más numerosos son los cambios que se han realizado durante los sexenios de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, que suman un total de 257 reformas en 10 años.
Ante esta situación, ¿dónde queda la sociedad? Actualmente el primer lunes de febrero se considera de asueto laboral y escolar de forma obligatoria, y sin embargo, al día de hoy, niños y adultos desconocen la importancia del documento, y pocos son los que se han acercado a leer y analizar su contenido.
Los constitucionalistas y académicos en materia de Derecho alertan hoy más que nunca sobre el cambio que ha sufrido la trayectoria social que caracterizaba a la Carta Magna de 1917, ya que a través de las modificaciones que han sufrido sus artículos, se visualiza la implementación de una constitución con fundamentos neoliberales, lo cual se refleja en una ley dirigida por unos cuantos, cuyos intereses se encuentran protegidos a través de leyes cada vez más ambiguas en incomprensibles.
Hoy en día la Constitución representa un documento complejo de entender incluso para los profesionistas en materia de derecho y legislación, y pocos son los ciudadanos que se interesan por la implementación de una legislación que sea afín a sus intereses y necesidades.
Un ejemplo claro de esta situación es el hecho de que sólo el 28.3% del patrón capitalino participó en la elección de la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México.
A cien años de la promulgación de nuestro documento jurídico más importante, es necesario hacer una reflexión sobre nuestro papel como ciudadanos, y sobre la forma en la que nos involucramos en el quehacer político e histórico de nuestro país. Ya que si no nos preocupamos ahora por los intereses que se ven alentados actualmente en nuestra constitución, es probable que en algún momento desaparezcan las garantías y recursos que tan seguros y confiados estábamos de poseer.
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