Por: Redacción/
Escrita hace casi una década por el dramaturgo y director Salvador Lemis, la obra Galápago ha itinerado por diversas salas, espacios culturales y centros educativos del país, dejando siempre huella en el público que presencia una conmovedora historia que enmarca los sentimientos de una pequeña tortuga.
La obra será reestrenada durante este verano en la Sala del Centro Cultural del Bosque del 11 de agosto al 2 de septiembre, hecho que en opinión de su director, es muestra de un trabajo entrañable que se ha mantenido a lo largo del tiempo para enriquecer la oferta del teatro infantil.
La pieza en la que participan las compañías Teatro sin paredes y El Castillo de los títeres, cuenta con las actuaciones de Itzel Tovar y Gerardo Uscanga, quienes crean un gran equilibrio entre los títeres, la escenografia y los vistosos vestuarios que recrean tanto el habitat del fondo del mar como el de las exóticas playas.
La actriz Itzel Tovar celebra que una obra de esta naturaleza se haya mantenido tanto tiempo en el gusto del público, y que se haya presentado en tantos escenarios tanto de México como del extranjero.
En la trama, la pequeña tortuga Jicotea Galápago debe emprender una cruzada para curar a su abuela, una tortuga mayor de gran sabiduría, quien lamenta los cambios en su habitat.
La abuela sólo necesita para salvarse aquellos elementos que se encontraban fácilmente en sus buenos tiempos: un pedacito de cielo azul, una gota de rocío y una flor que nunca muera.
La pequeña Jicotea emprende así un viaje y pregunta a todos los personajes que se encuentra en su camino por esos tres elementos, desde el pajarraco mañoso hasta la grulla de angelical vuelo.
En opinión del director esta obra nos da cuenta del equilibrio que guarda la naturaleza y cada ser vivo en este planeta, y cómo los habitats naturales se transforman por culpa de la huella humana, de ahí la importancia de crear la empatía con quienes representan el futuro: los niños.
Al final, después de una larga odisea en la que se cruzan en el camino de la pequeña otros singulares personajes, el secreto de los tres deseos que pidió la abuela se clarifican para el espectador sin importar la edad, mostrando que las grandes riquezas de la vida se encuentran a veces frente a nuestros ojos y refrendando la valía de esta obra como teatro infantil que apuesta por la inteligencia de su público.
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